Merkel bendice el ‘plan Juncker’ y consagra la austeridad en Alemania
El Bundestag debate el primer presupuesto con déficit cero en medio siglo
Los plenos que esta semana celebra el Bundestag, la Cámara Baja del Parlamento alemán, deben concluir con un logro del que la canciller Angela Merkel se muestra especialmente orgullosa: la aprobación por primera vez desde 1969 de un presupuesto en el que los gastos no superen los ingresos. Pero la jefa de Gobierno y líder de los democristianos aprovechó su intervención parlamentaria para echar también un capote al proyecto estrella de la nueva Comisión Europea. “El Gobierno alemán apoyael paquete de inversiones del presidente Jean-Claude Juncker”, dijo Merkel en medio de los aplausos de sus correligionarios y de sus socios de coalición socialdemócratas.
El apoyo de Berlín a los planes inversores de Bruselas tiene muchos peros. Primero, porque de los más de 300.000 millones que Juncker espera movilizar, tan solo 16.000 saldrán de las arcas comunes europeas. Es este el mensaje que Merkel y su ministro de Hacienda, Wolfgang Schäuble, llevan tiempo repitiendo en cuanto tienen ocasión: hace falta más inversión, sí; pero esta debe proceder fundamentalmente de manos privadas porque la consolidación fiscal es un objetivo irrenunciable.
Como concesión a aquellos que reclaman a Berlín un mayor papel inversor para paliar las deficientes infraestructuras en algunas zonas del país, Merkel ha sacado a relucir los 10.000 millones de euros suplementarios que su Gobierno prevé gastar en infraestructuras entre 2016 y 2018, una cifra que supone tan solo el 0,3% del PIB alemán. “Si podemos invertir es gracias a la estabilidad presupuestaria”, remachó Merkel.El déficit cero que presentará el Presupuesto alemán en 2015 no será una excepción. “Esta política se aplicará en los próximos años. Alemania ha vivido durante años por encima de sus posibilidades, pero eso se ha acabado. Nuestro objetivo es reducir el porcentaje de deuda pública a través de una política presupuestaria razonable”, ha asegurado la mujer que lleva al frente de la primera economía europea desde 2005, que no piensa dar marcha atrás en la política de austeridad.
El plan Juncker no ha recibido solo el beneplácito de la canciller. El número dos del Gobierno y líder de los socialdemócratas, Sigmar Gabriel, y los industriales alemanes también han dado su visto bueno. “Necesitamos más crecimiento en Europa. Los Estados miembros tienen que modernizar sus infraestructuras. Con el dinero no basta”, ha dicho Gabriel. El paquete inversor es “un paso en la buena dirección”, según la Federación de la Industria Alemana.
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