Ana Botín enseña sus cartas
La nueva presidenta del Santander completa el giro estratégico del banco
Ana Botín ha completado el giro estratégico del banco, tras tomar el poder en septiembre pasado por la muerte de su padre Emilio. 2015 es su fecha de arranque y lo ha hecho con fuerza. Tras cambiar el consejo de administración y la comisión ejecutiva (incluyendo al consejero delegado) hoy ha dado el golpe definitivo para implantar su estrategia, muy diferente de la de su antecesor. La nueva presidenta ha optado por reforzar el banco por dos vías al mismo tiempo: ampliando capital y recortando un 66% el dividendo. De esta forma, ya no podrán seguir acusando al Santander en los mercados de tener menos capital que algunos de sus competidores internacionales, como ocurría hasta ahora. Por otro lado, Ana Botín entierra el dividendo de 0,60 céntimos por acción (las famosas 100 pesetas que estableció su padre hace años) porque estaba ofreciendo una rentabilidad por acción de 7% u 8%, lo que se consideraba ilógico en el mercado cuando los tipos oficiales están cerca del 0%. A partir de ahora, los accionistas tendrán que admitir una rentabilidad cercana al 3%. Todo un recorte para muchos de ellos, que contaban con este dividendo para sus ingresos anuales.
Este movimiento también supone mandar un mensaje de poderío al mercado: el Santander se refuerza porque quiere crecer. ¿Habrá compras en cartera? Los expertos, y en la propia entidad, se habla más del crecimiento orgánico en los 10 países en donde está el Santander. Y la expansión de los negocios supone asumir más riesgos y eso consume capital en los bancos. Tampoco se descarta que Ana Botín esté pensando en completar las filiales de algunos países con entidades de tipo medio, que se conviertan en buenas oportunidades por la prolongada falta de rentabilidad de algunos bancos. Pero pocos son los que apuestan por una gran adquisición, al estilo de las que hizo su padre hace varios lustros, en Brasil, Reino Unido y España. "Es tiempo de que el árbol eche más raíces, no de seguir plantando más por otros países", comentan gráficamente en el mercado para ilustrar que lo que quiere el Santander es ganar cuota de mercado donde ya está implantado. Un ejemplo es la campaña actual de hipotecas baratas en España, con la que quiere robar clientes buenos a sus competidores.
Por último, el Santander sacrifica parte de la rentabilidad que ofrecía a sus accionistas para pertrecharse y evitar sustos ante las nuevas regulaciones de capital que preparan los supervisores de todo el mundo. Ana Botín no ha ocultado que este es un tema que le preocupa especialmente, sobre todo por la diversidad de legislaciones que debe atender el Santander. No han llegado todavía los tiempos de recuperación a la banca, afectada por la baja rentabilidad por el escaso margen, por lo que los dirigentes seguirán apostando por endurecer normas de capital para evitar que los contribuyentes vuelvan a pagar los platos rotos de otra crisis financiera.
La ampliación de capital de 7.500 millones, ya está virtualmente colocada entre grandes inversores, lo que se considera internamente una señal de confianza del mercado. A falta de conocer el precio de colocación, dato clave en la operación, algunos analistas comentaron ayer que había algo de precipitación en el movimiento. "Quizá sabían que lo iban a hacer, tarde o temprano, y les ha sorprendido la caída de los mercados por Grecia y el petróleo", apunta un experto que pide el anonimato.
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