España sale relativamente bien parada en los escenarios de los exámenes a la banca
Pese a ello, los bancos tendrán que estar listos para afrontar una tercera recesión
La EBA exige un 8% de capital en el escenario base y un 5,5% en el adverso
CLAUDI PÉREZ Bruselas 29 ABR 2014 - 19:44 CET27
La profundidad de la recesión, el pinchazo de la burbuja inmobiliaria, el ascenso vertiginoso de los niveles de desempleo y la desaparición de la inflación han sido ya tan acusados en España a lo largo de los últimos años que en los escenarios de los exámenes a la banca el país sale relativamente bien parado, según ha anunciado este martes la Autoridad Bancaria Europea. Pese a ello, para aprobar el examen, los bancos españoles deberán estar preparados para afrontar una tercera recesióncon dos años más de retroceso económico y uno de estancamiento.
La EBA hará públicas este otoño la tercera edición de las pruebas de resistencia, un examen para tratar de demostrar que el sistema financiero continental podría afrontar una nueva perturbación y que obligará a algunas entidades a recapitalizarse para tapar agujeros si vienen mal dadas. Para España, la EBA imagina en el escenario adverso un horizonte con una desviación a la baja del producto interior bruto (PIB) con respecto a las previsiones del escenario base de 5,9 puntos hasta 2016 (de las más bajos de Europa, frente a una media del 6,6% en la eurozona).
El escenario también favorece relativamente a España en otros aspectos. Por ejemplo, se da por descartado que haya una crisis de la deuda similar a la de 2012, pues en el escenario más adverso se prevé que el bono a 10 años español esté como máximo en el 5,7%. Hace menos de dos años, los inversores llegaron a exigir un 7,62% por los títulos de deuda española a ese plazo.Eso dejaría a España con un escenario adverso de caída del PIB del 0,3% este año, otro retroceso del 1% en 2015 y un crecimiento de solo el 0,1% en 2016. Es decir, se confirma que el BCE exige que la banca española esté lista para resistir con solvencia una larga y severa tercera recesión, tras las dos que encadena la economía española.
El ajuste a la baja de la inflación de un punto también es menor a los 1,9 puntos previstos en la eurozona y no se contempla para España la posibilidad de deflación. Para Europa, el escenario adverso llevaría a una inflación del 0% en 2016. Además, se contempla para España una depreciación adicional de la vivienda del 9,9% (frente al 19% de la media del euro, que en general no ha sufrido los efectos del pinchazo de una burbuja). Sin embargo, el impacto en el desempleo español de una tercera recesión sería mayor que en el resto del continente, a pesar de que la tasa de paro española es ya la más alta de Europa junto con la de Grecia. Pero el 27,1% que se contempla como peor escenario de los posibles en caso de que hubiera una larga tercera recesión no parece muy severo teniendo en cuenta que esa era prácticamente la tasa de paro de hace un año. Los bancos españoles sí saldrían peor parados en los efectos de un shock en Bolsa, según los escenarios.
Necesidades de capital
Se trata de un ejercicio puramente teórico, pero fundamental en la práctica para el futuro de los bancos: tras la recapitalización de las entidades gracias al rescate financiero europeo de 41.300 millones, la banca española se medirá con esas macrocifras para detectar si es necesario tapiar nuevos agujeros de capital. La EBA exige un 8% de capital en el escenario base y un 5,5% en el adverso.
Las fuentes consultadas en Bruselas y Madrid esperan unas necesidades inferiores a las de otros países —los más señalados son siempre Eslovenia e Italia, junto a algunos grandes bancos alemanes y franceses— tras el buen resultado del programa de ayuda europea al sistema financiero. Aun así, las entidades que en los exámenes del Banco de España y las consultoras privadas —previos al rescate—quedaron muy cerca de la frontera que hacía necesaria la recapitalización son las que más probabilidades tienen de presentar alguna dificultad, según las citadas fuentes.
El ejercicio de la EBA se hace en paralelo con el del Banco Central Europeo, que ya ha puesto en marcha una revisión de la calidad de los activos con vistas a convertirse en supervisor único de las 130 mayores entidades europeas. Ambas pruebas persiguen disipar las dudas que más de un lustro después, y tras haber gastado centenares de miles de millones de euros de los contribuyentes en todo el continente, persisten sobre el sistema bancario europeo, punto de partida y estación de destino en cada una de las sacudidas de la crisis.
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