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Las dudas sobre España impulsan el tipo a 10 años y la prima a máximos históricos
El Gobierno llama a la calma, admite que la situación no es sostenible y lo atribuye a Grecia
El riesgo país sube a 552 puntos y el rendimiento del bono a 10 años roza el 7%
La Bolsa española cierra la sesión con una subida del 1,22% en 6.696 puntos
La incertidumbre es como veneno para los mercados y, desde que el
pasado sábado se anunció que España ha pedido ayuda a Europa para sanear
su gangrenado sector bancario, hay más preguntas que respuestas en las
mesas de negociación. Tras la estrambótica gestión por parte del Gobierno español
de las negociaciones con Europa, aún se desconocen las condiciones,
plazos, cantidades que recibirá cada entidad, si la ayuda se canalizará
en forma de capital o de préstamos, o qué prioridad tendrán lo
acreedores para la devolución de sus fondos.
Ni siquiera se ha evitado la confusión a la hora de explicar que las ayudas empeorarán las cuentas públicas. Hasta que, ayer, Bruselas zanjó la cuestión -poniendo en evidencia al Ejecutivo de Mariano Rajoy, que lo ha venido negando- y confirmó que el impacto del rescate bancario en el déficit será inevitable: los intereses del préstamo afectarán a ese parámetro y, posiblemente, también lo acaben haciendo las inyecciones de fondos que reciban las entidades bancarias, señaló Eurostat, la agencia estadística europea.
Si los inversores contaban ya con coartadas suficientes para huir de la deuda soberana española, anoche, la agencia de calificación Moody's rebajó tres escalones la nota de la deuda soberana de España, desde A3 (notable bajo) hasta Baa3 (aprobado bajo), y la situó en "perspectiva negativa". La razón que argumenta es que el rescate europeo —hasta 100.000 millones de euros— que España recibirá para sanear los bancos impulsará la deuda hasta el 90% del PIB y por eso la reacción en el mercado secundario de bonos emitidos por el Estado no se ha hecho esperar: la prima de riesgo ha subido hasta 552 puntos básicos y el tipo del bono a 10 años de referencia (emisión con cupón 5,85% y vencimiento en 2022) ha tocado el 6,998%, un máximo desde que entró en vigor la moneda única en 1999. Al final del día solo se relajaba hasta el 6,916%.
El ministro de Economía, Luis de Guindos, ha tratado de infundir tranquilida, aunque ha señalado que la tensión en los mercados de deuda española está a un nivel que no es "sostenible". "El Gobierno quiere transmitir un mensaje de calma. Tenemos el apoyo de nuestros socios europeos", ha asegurado tras reunirse con el presidente del Gobierno, la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, y su colega al frente de Hacienda, Cristóbal Montoro, en la comisión delegada de asuntos económicos del Congreso, que se ha prolongado durante más tiempo de lo previsto. "El Gobierno está encima de los asuntos, está encima de los temas, está tomando medidas y va a continuar tomando medidas", ha añadido Guindos.
La Bolsa también ha reaccionado a la degradación de la deuda española con una apertura a la baja del 0,5%, pero a partir del mediodía ha mantenido una leve alza que se ha acelerado con la apertura de Wall Street, hasta llevar el Ibex a 6.696 puntos al cierre, lo que supone un alza del 1,22% respecto al cierre de ayer.
Mediaset (+4,65%), Bankinter (+4,24%) y FCC (+3,05%) han registrado las mayores subidas del Ibex. Los valores bancarios -el sector con mayor peso en este indicador- han apuntalada la subida con alzas que ha encabezado, tras Bankinter, Sabadell (+1,96%), Caixabank (+1,6%), Santander (+1,58%), Popular (+0,79%) y BBVA (+0,77%). Tan solo Bankia (-1,48%) se ha anotado pérdidas entre los bancos.
La Bolsa española ha ampliado sus subidas y las europeas han moderado las pérdidas que mantenían desde el inicio de la jornada, tras conocerse dos datos sobre la economía estadounidense que alimentan las expectactivas de que la Reserva Federal podría decidir nuevas medidas monetarias expansivas en la reunión de la próxima semana.
El Departamento de Trabajo ha informado de que las peticiones de subsidios de desempleo en la semana que terminó el 9 de junio crecieron de forma inesperada y que los precios al consumo cayeron un 0,3% en mayo, el mayor retroceso en tres años, tras un descenso en los precios de la gasolina del 6,8%, el mayor desde diciembre de 2008.
Londres ha terminado el día con una caída del 0,31% y Fráncfort ha retrocedido un 0,23%. París ha logrado cerrar con una ganancia del 0,08% y Milán del 1,47%.
El pasado martes, el bono a 10 años ya rompió un máximo anterior y su rendimiento alcanzó el 6,8% próximo al 7%, nivel de extremo riesgo que encarecería tanto el coste de la deuda española que, en la práctica, la expulsaría del mercado. Grecia pidió su primer rescate (mayo de 2010) cuando llegó al 8,5%, idéntico nivel que Portugal en abril de 2011. Sin embargo, a Irlanda le bastó tocar el 8,1% (noviembre de 2010) para pedir ayuda internacional.
La deuda española se sitúa ya a un paso de lo que Moody's considera activos especulativos, es decir, aquellos que suponen un riesgo tan elevado que solo deben ser considerados por inversores dispuestos a asumirlo, y por eso se les exige más rentabilidad, según una regla básica del mercado (a más riesgo más rentabilidad, y viceversa).
El mercado de deuda ha acusado también el nerviosismo previo a la subasta del Tesoro italiano que hoy ha colocado 4.500 millones de euros en bonos a tres años, siete y ocho años, el máximo previsto, aunque ha tenido que pagar unos intereses superiores. Por los 3.000 millones en bonos a tres años, un 5,3% (un 3,91% en la subasta del pasado mayo); por los 627 millones con vencimiento en 2019 un 6,1%; y un 6,13% le costarán los 873 millones que expiran en 2020.
En el mercado secundario, el bono italiano a 10 años ha tocado el 6,34%, máximo desde enero, para luego ceder al 6,136%. Ayer, el Tesoro italiano colocó letras a un año al 3,972%, 1,63 puntos porcentuales más que en la emisión anterior, del pasado mayo.
Y todo ello, en vísperas de una cita crucial para el futuro del euro: las elecciones que se celebrarán el próximo domingo en Grecia, convertidas en un plebiscito sobre la permanencia del país en la eurozona.
Ni siquiera se ha evitado la confusión a la hora de explicar que las ayudas empeorarán las cuentas públicas. Hasta que, ayer, Bruselas zanjó la cuestión -poniendo en evidencia al Ejecutivo de Mariano Rajoy, que lo ha venido negando- y confirmó que el impacto del rescate bancario en el déficit será inevitable: los intereses del préstamo afectarán a ese parámetro y, posiblemente, también lo acaben haciendo las inyecciones de fondos que reciban las entidades bancarias, señaló Eurostat, la agencia estadística europea.
Si los inversores contaban ya con coartadas suficientes para huir de la deuda soberana española, anoche, la agencia de calificación Moody's rebajó tres escalones la nota de la deuda soberana de España, desde A3 (notable bajo) hasta Baa3 (aprobado bajo), y la situó en "perspectiva negativa". La razón que argumenta es que el rescate europeo —hasta 100.000 millones de euros— que España recibirá para sanear los bancos impulsará la deuda hasta el 90% del PIB y por eso la reacción en el mercado secundario de bonos emitidos por el Estado no se ha hecho esperar: la prima de riesgo ha subido hasta 552 puntos básicos y el tipo del bono a 10 años de referencia (emisión con cupón 5,85% y vencimiento en 2022) ha tocado el 6,998%, un máximo desde que entró en vigor la moneda única en 1999. Al final del día solo se relajaba hasta el 6,916%.
El ministro de Economía, Luis de Guindos, ha tratado de infundir tranquilida, aunque ha señalado que la tensión en los mercados de deuda española está a un nivel que no es "sostenible". "El Gobierno quiere transmitir un mensaje de calma. Tenemos el apoyo de nuestros socios europeos", ha asegurado tras reunirse con el presidente del Gobierno, la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, y su colega al frente de Hacienda, Cristóbal Montoro, en la comisión delegada de asuntos económicos del Congreso, que se ha prolongado durante más tiempo de lo previsto. "El Gobierno está encima de los asuntos, está encima de los temas, está tomando medidas y va a continuar tomando medidas", ha añadido Guindos.
La Bolsa también ha reaccionado a la degradación de la deuda española con una apertura a la baja del 0,5%, pero a partir del mediodía ha mantenido una leve alza que se ha acelerado con la apertura de Wall Street, hasta llevar el Ibex a 6.696 puntos al cierre, lo que supone un alza del 1,22% respecto al cierre de ayer.
Mediaset (+4,65%), Bankinter (+4,24%) y FCC (+3,05%) han registrado las mayores subidas del Ibex. Los valores bancarios -el sector con mayor peso en este indicador- han apuntalada la subida con alzas que ha encabezado, tras Bankinter, Sabadell (+1,96%), Caixabank (+1,6%), Santander (+1,58%), Popular (+0,79%) y BBVA (+0,77%). Tan solo Bankia (-1,48%) se ha anotado pérdidas entre los bancos.
La Bolsa española ha ampliado sus subidas y las europeas han moderado las pérdidas que mantenían desde el inicio de la jornada, tras conocerse dos datos sobre la economía estadounidense que alimentan las expectactivas de que la Reserva Federal podría decidir nuevas medidas monetarias expansivas en la reunión de la próxima semana.
El Departamento de Trabajo ha informado de que las peticiones de subsidios de desempleo en la semana que terminó el 9 de junio crecieron de forma inesperada y que los precios al consumo cayeron un 0,3% en mayo, el mayor retroceso en tres años, tras un descenso en los precios de la gasolina del 6,8%, el mayor desde diciembre de 2008.
Londres ha terminado el día con una caída del 0,31% y Fráncfort ha retrocedido un 0,23%. París ha logrado cerrar con una ganancia del 0,08% y Milán del 1,47%.
El pasado martes, el bono a 10 años ya rompió un máximo anterior y su rendimiento alcanzó el 6,8% próximo al 7%, nivel de extremo riesgo que encarecería tanto el coste de la deuda española que, en la práctica, la expulsaría del mercado. Grecia pidió su primer rescate (mayo de 2010) cuando llegó al 8,5%, idéntico nivel que Portugal en abril de 2011. Sin embargo, a Irlanda le bastó tocar el 8,1% (noviembre de 2010) para pedir ayuda internacional.
La deuda española se sitúa ya a un paso de lo que Moody's considera activos especulativos, es decir, aquellos que suponen un riesgo tan elevado que solo deben ser considerados por inversores dispuestos a asumirlo, y por eso se les exige más rentabilidad, según una regla básica del mercado (a más riesgo más rentabilidad, y viceversa).
El mercado de deuda ha acusado también el nerviosismo previo a la subasta del Tesoro italiano que hoy ha colocado 4.500 millones de euros en bonos a tres años, siete y ocho años, el máximo previsto, aunque ha tenido que pagar unos intereses superiores. Por los 3.000 millones en bonos a tres años, un 5,3% (un 3,91% en la subasta del pasado mayo); por los 627 millones con vencimiento en 2019 un 6,1%; y un 6,13% le costarán los 873 millones que expiran en 2020.
En el mercado secundario, el bono italiano a 10 años ha tocado el 6,34%, máximo desde enero, para luego ceder al 6,136%. Ayer, el Tesoro italiano colocó letras a un año al 3,972%, 1,63 puntos porcentuales más que en la emisión anterior, del pasado mayo.
Y todo ello, en vísperas de una cita crucial para el futuro del euro: las elecciones que se celebrarán el próximo domingo en Grecia, convertidas en un plebiscito sobre la permanencia del país en la eurozona.
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