mercredi 4 avril 2012

La visión está sostenida en la generación de soluciones inteligentes.

El BCE cree que los mercados esperan más reformas de los Gobiernos

Draghi sortea, una vez más, las presiones de Alemania para subir tipos y retirar medidas extraordinarias por la flojera de la economía europea

El presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi, comparece ante los medios en Fráncfort, Alemania / EMILY WABITSCH (EFE)


Para ser banquero central europeo hay que saberse al dedillo el libro de reglas. Regla número uno: con la inflación —con Alemania— no se juega. Regla número dos: pase lo que pase, échale la culpa a la falta de reformas y en última instancia a los salarios. El nuevo presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi, ha sorprendido a los mercados en sus primeras comparecencias con rebajas de tipos de interés inesperadas y con una barra libre de liquidez de un billón de euros que salvó a Europa (y sobre todo a sus bancos) de un accidente grave. Una vez salvado ese percance con esa especie de bazuca silencioso, vuelta al libro de reglas: Draghi sorteó este miércoles, una vez más, las presiones de Alemania para subir tipos y retirar medidas extraordinarias por la flojera de la economía europea, más preocupante que los sempiternos “riesgos al alza de inflación”.


Y tras ese pase de pecho a los halcones que le exigen más ortodoxia, le ha dado un buen rejonazo a España: el BCE interpreta que si los intereses que paga el Tesoro por la deuda suben desde hace semanas es porque los mercados, al igual que el BCE, quieren ver más reformas. Pese a que los mercados fallaron estrepitosamente entre 2000 y 2008 asignando el mismo riesgo a España, Grecia o Alemania, y pese a que ahora posiblemente vuelven a sobrerreaccionar, según ha explicado Paul de Grauwe, investigador del CEPS de Bruselas.

Hay tensión. Cada vez más. Se suceden los informes de la gran banca internacional y de los think tanks que apuestan a que España acabará pidiendo el rescate: Citigroup y Open Europe, un laboratorio de ideas euroescéptico, han lanzado las dos últimas señales de alarma. Los intereses que España paga por su deuda han superado con creces el umbral psicológico del 5,5% para el bono a 10 años. Y la Bolsa española es un día sí y otro también la peor del continente (la renta variable vuelve a ser un indicador fiable de la fiebre que provoca la crisis: los mercados de deuda están anestesiados y las Bolsas funcionan mejor como termómetro), con la deuda y el sector financiero –la crisis fiscal y la crisis financiera, una vez más-- muy castigados por un alud de rumores.

Esos rumores se resumen como sigue: la banca española está peor de lo que se decía, y si el cierre del grifo continúa y la demanda sigue sin levantar cabeza, los precios de la vivienda caerán a toda velocidad. El sector financiero necesitará más capital para tapiar ese agujero. Y las dudas que despierta ahora mismo España en los mercados obligarán al Ejecutivo de Rajoy (que habla de situación “extrema”) a hacer lo que más teme: pedir dinero al fondo de rescate europeo para los bancos.


En esa tesitura, ninguna institución europea es en este momento más importante para España que el BCE. Las subastas del Tesoro dependen básicamente de los bancos españoles para salir bien, y los bancos acuden al grifo del BCE para financiarse, ante las dificultades de hacerlo en los mercados y las fuertes correcciones del sistema financiero español en la Bolsa. El problema es que el BCE emite señales preocupantes: el pasado viernes, el consejero Jorg Asmussen pidió al Ejecutivo que apruebe los Presupuestos con “legislación de emergencia”, para que los recortes se apliquen a toda velocidad.

Draghi ha cerrado hoy el círculo. Interpreta los movimientos de los mercados en las últimas semanas, con una nueva subida de las primas de riesgo en Italia y sobre todo en España, en función del libro de reglas de Fráncfort: la reciente reacción de los intereses de la deuda “no es tanto un ejemplo de fragilidad del mercado como la constatación de que los mercados quieren reformas y piden a los Gobiernos que las apliquen”. Apuntó, además, que en países como España y Grecia, que presentan las mayores tasas de desempleo de la zona del euro, el crecimiento económico deberá venir de las reformas.

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