El Bundesbank quiere que los ricos paguen futuros rescates
Berlín admite que es una vía para que que los causantes de la crisis abonen parte de la factura
El Banco Central alemán (Bundesbank) propone que los países europeos en crisis impongan un impuesto único a sus ciudadanos con mayor patrimonio antes de solicitar las ayudas de los fondos de estabilidad comunitarios. El antiguo banco emisor alemán quiere que los Estados se atengan “al principio de la propia responsabilidad” ante las dificultades de financiación. Según éste, los ciudadanos deberán pasar por caja antes de que los socios internacionales aprueben créditos y otras medidas de socorro.
La idea ha encontrado apoyos mesurados en Berlín, donde el Gobierno estima que “no va desencaminada, aunque llega en mal momento”. El vicepresidente del Grupo parlamentario socialdemócrata, Carsten Schneider (SPD), dijo al diario muniqués Süddeutsche Zeitung que, combinado con un impuesto a las transacciones financieras, “un impuesto de patrimonio sería un instrumento para que los causantes de la crisis y los beneficiarios de las intervenciones estatales participen en los costos” de los rescates. Añadió Schneider que sin el dinero público, el sistema financiero habría colapsado y se habría destruido una gran porción de patrimonio privado” en los países en crisis.
Aunque no lo especifica, la propuesta pone a Grecia en el punto de mira. Sin embargo, presenta pegas más que considerables. Para empezar, por el notable riesgo de que semejante amenaza provoque dramáticas fugas de capitales de los países más afectados por la crisis. Las consecuencias de estas fugas podrían agravar o incluso provocar serias turbulencias financieras. El Bundesbank propone, por eso, que la medida se reserve “solo para situaciones de extrema emergencia, como la amenaza de un bancarrota inminente del estado”.
Llueve sobre mojado
Por otra parte, la propuesta ignora los cinco años de ajustes y recortes presupuestarios en la periferia europea. El rescate chipriota en 2013 implicó a los ahorradores para redondear las ayudas de la troika de acreedores conformada por el fondo Monetario Internacional (FMI), el Banco Central Europeo (BCE) y lo socios de la Unión. Pero aquél impuesto no se había visto precedido por los drásticos recortes que están aplicando países como España o en Grecia. Si se repitieran los embates de la crisis, el impuesto patrimonial que propone el Bundesbank supondría un nuevo gravamen importante a los ciudadanos, la guinda de una larga serie que ya lleva un lustro. Si, como titula el Süddeutsche Zeitung, “pagarían los ricos”, será porque poco más se les puede sacar ya a los pobres para devolver las deudas astronómicas de los países de la periferia europea.
Hace un año, el FMI propuso un impuesto especial sobre el patrimonio del 10% para combatir los problemas de caja en los países europeos. En Alemania se ha insistido desde el comienzo de la crisis de la deuda en el patrimonio privado de los ricos en países como Grecia, cuyo sistema fiscal perdona a las grandes fortunas a pesar de las necesidades del erario público. El Bundesbak se afana en descartar la necesidad de un impuesto así en Alemania. Tampoco recomienda la recuperación del impuesto del 1% a las personas físicas con patrimonios superiores a los 60.000 euros, que se recaudó por última vez en 1996. La medida “perjudicaría el crecimiento” económico.
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