La visión está sostenida en la generación de soluciones inteligentes.
España pierde 20.000 millones en los presupuestos de la UE hasta 2020
El recorte se centra básicamente en fondos de cohesión y ayudas a la agricultura.
Claudi Pérez /
Lucía Abellán
Bruselas
16 NOV 2012 - 13:41 CET515
Nuevo mazazo en lo peor de la crisis. España perderá en torno a
20.000 millones de euros en los presupuestos europeos de 2014 a 2020,
según fuentes diplomáticas conocedoras de las negociaciones. El recorte
se centra básicamente en fondos de cohesión y ayudas a la agricultura.
España será, por primera vez, contribuyente neto, probablemente durante
todo ese periodo. Y a pesar de que en la mayoría de las propuestas que
hay encima de la mesa ha conseguido suavizar el golpe, la cifra es
impactante porque se da conocer en plena crisis, con caídas del PIB en torno al 1,5% tanto para este año como para el próximo, un desempleo en torno al 25%
que sigue subiendo a toda velocidad y, al cabo, la sombra de un segundo
rescate planeando sobre Madrid, Bruselas, Berlín y Fráncfort.
Esos 20.000 millones no están del todo cerrados: los Veintisiete están muy, muy lejos de un acuerdo a apenas una semana de la cumbre. Y las cifras podrían modificarse en función del periodo de referencia que se usa para los cálculos (datos de 2009 y 2010, en los que la crisis aún no se había agudizado), si finalmente sale adelante la aspiración de España de poder usar datos más recientes. La última propuesta del Consejo establece para eso cláusulas de revisión, pese a que habría que negociar y fuentes diplomáticas consideran que es poco realista esperar grandes mejorías por ese lado. El caballo de batalla de España son los fondos destinados a los países con crisis más virulentas: los que han acometido ajustes y reformas y están en lo peor de la recesión, como Grecia, Irlanda, Portugal, Chipre y España.
Los recortes que pretende aplicar Europa a las cuentas comunitarias perjudicarán significativamente a España. La economía española perderá esos 20.000 millones de euros (en torno a un 2% del PIB) en los próximos años si prospera la propuesta que ha realizado el Consejo Europeo para los Presupuestos del periodo 2014-2020, en comparación con lo que la economía española obtuvo en las anteriores perspectivas financieras 2007-2013. Los detalles de este marco financiero centrarán la cumbre que mantendrán la próxima semana los jefes de Estado y de Gobierno comunitarios.
La merma de recursos se centra en dos capítulos especialmente sensibles para el desarrollo económico y social del país: los fondos de cohesión (la caída será del 30% respecto de la situación actual, según explican fuentes diplomáticas) y las ayudas agrícolas (pérdidas del 17%, esencialmente en pagos directos a los agricultores, pero también en partidas de desarrollo rural). España rechaza de plano esa propuesta y se inclina más por el primer proyecto presentado por la Comisión Europea y que dejaba prácticamente intacto el capítulo agrícola, según datos de la propia Comisión.
En este contexto, se sitúa del lado de Francia, que ha mostrado su enérgico rechazo a los recortes en la política agrícola (en ese capítulo recibió 36.000 millones de 2007 a 2013), que absorbe el 40% del Presupuesto comunitario. Tampoco en los recortes por el flanco de las políticas de cohesión (en los que en el último marco presupuestario recibió 43.000 millones) España apoya la propuesta de Van Rompuy: por ese lado podría contar con el apoyo de Alemania y Francia.
La negociación de las perspectivas financieras siempre requiere de una cierta liturgia que pasa por un fracaso en la cumbre para aumentar la presión agónica en la siguiente. Tanto el Parlamento como la mayor parte de las delegaciones no esperan nada parecido a un acuerdo en esa reunión: al tradicional veto de Reino Unido se une al menos el de Francia, y España ha manifestado hoy que “se opone” a la propuesta de Van Rompuy, que reduce en unos 80.000 millones una propuesta anterior de la Comisión, y empeora también la de la presidencia chipriota, que dejaba el recorte en unos 50.000 millones. La negociación actual tiene dos problemas principales: el grupo de la cohesión organizado y liderado por Polonia desde el principio, y los contribuyentes netos que quieren rebajar la factura, con Londres a la cabeza y con una dureza que ha dejado a Alemania y compañía casi en el papel de moderados.
En estas negociaciones España ha estado mucho tiempo en la indefinición: por un lado, defendiendo la cohesión por inercia y por conseguir el mejor pellizco posible para Andalucía, Castilla-la-Mancha y Galicia (las tres comunidades que salen del objetivo cohesión). En esta óptica, Polonia invitaba a España como observador en su grupo, pero España ha preferido mantenerse al margen: Madrid será a partir de 2013 contribuyente neto, por lo que todo aumento de la factura significa mayor esfuerzo para sus arcas.
“¿Verá sus reivindicaciones satisfechas? Más bien poco. ¿Está en condiciones de pelear? No ha hecho sus deberes a tiempo y ahora sólo le queda echar mano del bloqueo a través de la unanimidad. Sólo que para echar ese órdago hay que estar en una posición global sin demasiadas fisuras por donde te puedan coger. Con la posición actual de necesidad de ayuda financiera, está claro que España no está para muchos órdagos”, indican fuentes europeas.
Esos 20.000 millones no están del todo cerrados: los Veintisiete están muy, muy lejos de un acuerdo a apenas una semana de la cumbre. Y las cifras podrían modificarse en función del periodo de referencia que se usa para los cálculos (datos de 2009 y 2010, en los que la crisis aún no se había agudizado), si finalmente sale adelante la aspiración de España de poder usar datos más recientes. La última propuesta del Consejo establece para eso cláusulas de revisión, pese a que habría que negociar y fuentes diplomáticas consideran que es poco realista esperar grandes mejorías por ese lado. El caballo de batalla de España son los fondos destinados a los países con crisis más virulentas: los que han acometido ajustes y reformas y están en lo peor de la recesión, como Grecia, Irlanda, Portugal, Chipre y España.
Los recortes que pretende aplicar Europa a las cuentas comunitarias perjudicarán significativamente a España. La economía española perderá esos 20.000 millones de euros (en torno a un 2% del PIB) en los próximos años si prospera la propuesta que ha realizado el Consejo Europeo para los Presupuestos del periodo 2014-2020, en comparación con lo que la economía española obtuvo en las anteriores perspectivas financieras 2007-2013. Los detalles de este marco financiero centrarán la cumbre que mantendrán la próxima semana los jefes de Estado y de Gobierno comunitarios.
La merma de recursos se centra en dos capítulos especialmente sensibles para el desarrollo económico y social del país: los fondos de cohesión (la caída será del 30% respecto de la situación actual, según explican fuentes diplomáticas) y las ayudas agrícolas (pérdidas del 17%, esencialmente en pagos directos a los agricultores, pero también en partidas de desarrollo rural). España rechaza de plano esa propuesta y se inclina más por el primer proyecto presentado por la Comisión Europea y que dejaba prácticamente intacto el capítulo agrícola, según datos de la propia Comisión.
En este contexto, se sitúa del lado de Francia, que ha mostrado su enérgico rechazo a los recortes en la política agrícola (en ese capítulo recibió 36.000 millones de 2007 a 2013), que absorbe el 40% del Presupuesto comunitario. Tampoco en los recortes por el flanco de las políticas de cohesión (en los que en el último marco presupuestario recibió 43.000 millones) España apoya la propuesta de Van Rompuy: por ese lado podría contar con el apoyo de Alemania y Francia.
La negociación de las perspectivas financieras siempre requiere de una cierta liturgia que pasa por un fracaso en la cumbre para aumentar la presión agónica en la siguiente. Tanto el Parlamento como la mayor parte de las delegaciones no esperan nada parecido a un acuerdo en esa reunión: al tradicional veto de Reino Unido se une al menos el de Francia, y España ha manifestado hoy que “se opone” a la propuesta de Van Rompuy, que reduce en unos 80.000 millones una propuesta anterior de la Comisión, y empeora también la de la presidencia chipriota, que dejaba el recorte en unos 50.000 millones. La negociación actual tiene dos problemas principales: el grupo de la cohesión organizado y liderado por Polonia desde el principio, y los contribuyentes netos que quieren rebajar la factura, con Londres a la cabeza y con una dureza que ha dejado a Alemania y compañía casi en el papel de moderados.
En estas negociaciones España ha estado mucho tiempo en la indefinición: por un lado, defendiendo la cohesión por inercia y por conseguir el mejor pellizco posible para Andalucía, Castilla-la-Mancha y Galicia (las tres comunidades que salen del objetivo cohesión). En esta óptica, Polonia invitaba a España como observador en su grupo, pero España ha preferido mantenerse al margen: Madrid será a partir de 2013 contribuyente neto, por lo que todo aumento de la factura significa mayor esfuerzo para sus arcas.
“¿Verá sus reivindicaciones satisfechas? Más bien poco. ¿Está en condiciones de pelear? No ha hecho sus deberes a tiempo y ahora sólo le queda echar mano del bloqueo a través de la unanimidad. Sólo que para echar ese órdago hay que estar en una posición global sin demasiadas fisuras por donde te puedan coger. Con la posición actual de necesidad de ayuda financiera, está claro que España no está para muchos órdagos”, indican fuentes europeas.
Aucun commentaire:
Enregistrer un commentaire