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Francia amenaza con nacionalizar una planta de ArcelorMittal en Lorena
El conflicto entre el Gobierno y la siderúrgica por el cierre de dos plantas sube de tono
El ministro Montebourg acusa a la siderúrgica de mentir y afirma que no es bienvenida
El País
Madrid
26 NOV 2012 - 17:01 CET2
El conflicto entre el Gobierno francés y ArcelorMittal
ha ganado enteros este lunes tras la acusación del ministro de
Industria, Arnaud Montebourg, de que el gigante siderúrgico ya no es
bienvenido en el país porque miente e incumple sus promesas de forma
sistemática. Además, dentro de esta espiral ascendente de tensión, el
Ejecutivo de François Hollande ha amenazado con nacionalizar una de las
plantas que tiene en Francia la compañía que dirige el multimillonario
indio Lakshmi Mittal.
El enfrentamiento surge de las desavenencias sobre el futuro de los altos hornos de Florenge, tres plantas que ArcelorMittal tiene en el noreste del país y que nutren de acero al grupo PSA Peugeot Citroen para la fabricación de sus vehículos. No obstante, ante la caída de la demanda, la compañía ha anunciado que cerrará dos de estas plantas. La decisión, que llevará acarreado el despido de 629 trabajadores, levanta ampollas en un Ejecutivo que apostó con fuerza en la campaña electoral por mantener el tejido industrial en el país, en franco declive, la factoría de Florenge es todo un símbolo en Lorena, la región acerera más importante de Francia, y acaparó su ración de titulares en la carrera por la presidencia de Hollande.
Para evitar el cierre, ArcelorMittal accedió a finales de septiembre a que el Gobierno buscase un comprador para la parte del complejo en el que va a suspender su actividad de forma definitiva, incluido el horno de coque, por el precio simbólico de un euro.
El Ejecutivo, por su parte, asegura que tiene dos ofertas de compra para los altos hornos. Pero estas pasan por hacerse también con la parte que ArcelorMittal quiere mantener en acción. Según las declaraciones de Montebourg, uno de los miembros del Gabinete más radicales en sus planteamientos antiglobalización, el Gobierno no está dispuesto a ver como echan el cierre a ninguna de las plantas si hay algún interesado en ellas. En este punto, el Ejecutivo no quiere repetir la mala experiencia que sufrió con la clausura de una fabrica de Peugeot cercana a París el pasado julio.
Para forzar una salida que permita mantener el empleo, el ministro de Industria aseguró que trabaja en una "nacionalización transitoria" del complejo de Florenge. En una entrevista que publica hoy el diario Les Echos, Montebourg asegura que "el problema de los altos hornos de Florange no son los altos hornos de Florenge, es Mittal". La empresa, según añadió, acumula un historial de "mentiras abrumadoras" desde 2006, cuando el multimillonario indio se hizo con Arcelor. Por eso "ya no queremos más a Mittal en Francia porque no han respetado a Francia", concluyó sin precisar qué significa eso.
ArcelorMittal, por su parte, advirtió el pasado viernes de que la planta que va a seguir en operación no actúa de forma aislada y forma parte de la cadena de producción de la empresa en el país. Por este motivo, afirmó que de cesar en su actividad "pondría en peligro la viabilidad del resto de las operaciones de ArcelorMittal en Francia". La compañía emplea a unas 20.000 personas en todo el país.
El enfrentamiento surge de las desavenencias sobre el futuro de los altos hornos de Florenge, tres plantas que ArcelorMittal tiene en el noreste del país y que nutren de acero al grupo PSA Peugeot Citroen para la fabricación de sus vehículos. No obstante, ante la caída de la demanda, la compañía ha anunciado que cerrará dos de estas plantas. La decisión, que llevará acarreado el despido de 629 trabajadores, levanta ampollas en un Ejecutivo que apostó con fuerza en la campaña electoral por mantener el tejido industrial en el país, en franco declive, la factoría de Florenge es todo un símbolo en Lorena, la región acerera más importante de Francia, y acaparó su ración de titulares en la carrera por la presidencia de Hollande.
Para evitar el cierre, ArcelorMittal accedió a finales de septiembre a que el Gobierno buscase un comprador para la parte del complejo en el que va a suspender su actividad de forma definitiva, incluido el horno de coque, por el precio simbólico de un euro.
El Ejecutivo, por su parte, asegura que tiene dos ofertas de compra para los altos hornos. Pero estas pasan por hacerse también con la parte que ArcelorMittal quiere mantener en acción. Según las declaraciones de Montebourg, uno de los miembros del Gabinete más radicales en sus planteamientos antiglobalización, el Gobierno no está dispuesto a ver como echan el cierre a ninguna de las plantas si hay algún interesado en ellas. En este punto, el Ejecutivo no quiere repetir la mala experiencia que sufrió con la clausura de una fabrica de Peugeot cercana a París el pasado julio.
Para forzar una salida que permita mantener el empleo, el ministro de Industria aseguró que trabaja en una "nacionalización transitoria" del complejo de Florenge. En una entrevista que publica hoy el diario Les Echos, Montebourg asegura que "el problema de los altos hornos de Florange no son los altos hornos de Florenge, es Mittal". La empresa, según añadió, acumula un historial de "mentiras abrumadoras" desde 2006, cuando el multimillonario indio se hizo con Arcelor. Por eso "ya no queremos más a Mittal en Francia porque no han respetado a Francia", concluyó sin precisar qué significa eso.
ArcelorMittal, por su parte, advirtió el pasado viernes de que la planta que va a seguir en operación no actúa de forma aislada y forma parte de la cadena de producción de la empresa en el país. Por este motivo, afirmó que de cesar en su actividad "pondría en peligro la viabilidad del resto de las operaciones de ArcelorMittal en Francia". La compañía emplea a unas 20.000 personas en todo el país.
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