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El Bundestag aprueba las nuevas ayudas griegas con una gran mayoría
Las nuevas condiciones del rescate pasan factura por primera vez a los Presupuestos del Estado
El recorte de intereses mermará los ingresos en 740 millones en 2013 y en 660 millones en 2014
La Cámara baja parlamentaria alemana ha aprobado este viernes el nuevo paquete de ayudas
a Grecia por una mayoría aplastante de 473 diputados. Además de la
coalición de centro-derecha que preside la democristiana Angela Merkel
(CDU), también apoyó el rescate la oposición de socialdemócratas (SPD) y
Los Verdes. El partido La Izquierda (Die Linke) se opuso. En total
votaron en contra 100 diputados y otros 11 se abstuvieron. El nuevo
paquete de ayudas incluye pagos de 43.700 millones de euros y la
renuncia a parte de los intereses de los créditos concedidos a Grecia en
los últimos años. Los socios minoritarios de Merkel, los liberales del
FDP, dieron su visto bueno a las ayudas pese a las enconadas
resistencias que anunciaban antes del verano. El Gobierno no llegó a la
mayoría absoluta con los apoyos de sus propias bancadas, pero esta
contrariedad ya viene siendo costumbre en todas las votaciones sobre los
rescates europeos.
Los presupuestos alemanes se verán directamente afectados por primera vez desde que comenzó el carrusel de rescates en 2010. Según el ministro de Hacienda Wolfgang Schäuble, el erario público alemán renuncia a 600 millones de euros en 2013 en concepto de intereses de la compra de deuda soberana griega por parte del Banco Central Europeo (BCE). En total, los presupuestos alemanes descuentan 730 millones de euros en 2013 y otros 660 millones en 2014. Hasta ahora, las ayudas se habían limitado a garantías y avales. El coste público de los rescates es un tema muy sensible en Alemania.
Antes de la votación, el ministro Schäuble se dirigió al pleno para justificar las nuevas concesiones a Grecia, impensables hasta hace un par de meses. Schäuble aseguró a los diputados alemanes que Atenas tiene “voluntad de reforma”, pero explicó que “los errores de décadas no se pueden corregir en dos años”. El déficit de Grecia se redujo en 6 puntos solo entre 2009 y 2011, según el ministro alemán. Estos “esfuerzos” permiten, según el democristiano, las nuevas ayudas, que además “evitarán el riesgo de ruptura” de la Eurozona.
Pese a la contundencia de la votación, el debate fue animado. El jefe parlamentario del SPD, Frank-Walter Steinmeier, advirtió de que el programa de ayudas actual “no bastará para que Grecia llegue a 2022”. Según el socialdemócrata, solo se ha “comprado tiempo”. Pero “la caja de herramientas del Gobierno” alemán “se está quedando vacía”. Antes o después, dijo Steinmeier, habrá que aplicar una nueva quita a la deuda griega. A diferencia de la quita anterior, que solo afectó a los acreedores privados, la próxima quita acarreará sustanciosas pérdidas a los socios europeos que han prestado dinero a Grecia a través de los fondos de estabilidad o mediante créditos bilaterales. Alemania es la que más perderá. Una “verdad” de la que, según Steinmeier “el Gobierno huye como el diablo del agua bendita”. Schäuble dijo que hablar de una nueva quita es “hacer especulaciones equivocadas en el momento equivocado”.
Desde Die Linke acusaron al Gobierno de estar demorando la impopular renuncia a los créditos griegos hasta después de las elecciones federales de septiembre 2013.
Los presupuestos alemanes se verán directamente afectados por primera vez desde que comenzó el carrusel de rescates en 2010. Según el ministro de Hacienda Wolfgang Schäuble, el erario público alemán renuncia a 600 millones de euros en 2013 en concepto de intereses de la compra de deuda soberana griega por parte del Banco Central Europeo (BCE). En total, los presupuestos alemanes descuentan 730 millones de euros en 2013 y otros 660 millones en 2014. Hasta ahora, las ayudas se habían limitado a garantías y avales. El coste público de los rescates es un tema muy sensible en Alemania.
Antes de la votación, el ministro Schäuble se dirigió al pleno para justificar las nuevas concesiones a Grecia, impensables hasta hace un par de meses. Schäuble aseguró a los diputados alemanes que Atenas tiene “voluntad de reforma”, pero explicó que “los errores de décadas no se pueden corregir en dos años”. El déficit de Grecia se redujo en 6 puntos solo entre 2009 y 2011, según el ministro alemán. Estos “esfuerzos” permiten, según el democristiano, las nuevas ayudas, que además “evitarán el riesgo de ruptura” de la Eurozona.
Pese a la contundencia de la votación, el debate fue animado. El jefe parlamentario del SPD, Frank-Walter Steinmeier, advirtió de que el programa de ayudas actual “no bastará para que Grecia llegue a 2022”. Según el socialdemócrata, solo se ha “comprado tiempo”. Pero “la caja de herramientas del Gobierno” alemán “se está quedando vacía”. Antes o después, dijo Steinmeier, habrá que aplicar una nueva quita a la deuda griega. A diferencia de la quita anterior, que solo afectó a los acreedores privados, la próxima quita acarreará sustanciosas pérdidas a los socios europeos que han prestado dinero a Grecia a través de los fondos de estabilidad o mediante créditos bilaterales. Alemania es la que más perderá. Una “verdad” de la que, según Steinmeier “el Gobierno huye como el diablo del agua bendita”. Schäuble dijo que hablar de una nueva quita es “hacer especulaciones equivocadas en el momento equivocado”.
Desde Die Linke acusaron al Gobierno de estar demorando la impopular renuncia a los créditos griegos hasta después de las elecciones federales de septiembre 2013.
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