“Estamos hartos de ladrones”
Los accionistas monopolizan la junta, convertida en una narración de dramas personales originados por la pérdida de los ahorros
IGNACIO ZAFRA Valencia 25 JUN 2013 - 21:56 CET
Bankia es propiedad del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) en un 70%. El 30% restante está en manos del mercado. Solo un mínimo porcentaje de los accionistas individuales asistieron este martes a la junta. Pero se tradujo en más de un centenar de peticiones para intervenir y en momentos de tensión en el Palacio de Congresos de Valencia que acogió la junta. Entre quienes subieron al estrado hubo unstriptease —“así me han dejado”, dijo el accionista en referencia a su ruina—, y algún llamamiento a una intervención militar en España. La inmensa mayoría de los accionistas se dedicaron, sin embargo, a narrar los dramas personales en los que les ha sumido la pérdida de sus ahorros, especialmente en quienes adquirieron participaciones preferentes sin saber lo que eran.
“Que nos devuelvan el dinero. Estamos cansados de ladrones, España da vergüenza”, afirmó en un resumen de muchos de los anteriores discursos la pensionista Carmen Vela. María Rosario de Fátima contó que tiene una hija con un bebé y una amenaza de desahucio inminente: “Y no la puedo ayudar porque ustedes tienen mi dinero. No puedo más”, exclamó.
“¿Por qué me meten a mí en preferentes si yo nunca compré. Y por qué meten a mi señora, si faltó hace más de tres años?”, se lamentó Rafael Márquez, también jubilado. “No hay derecho, quiero mi dinero, una transferencia ahora mismo, aquí tiene mi DNI”, gritó Márquez mientras lo invitaban a ceder el micrófono tras haber consumido el muy tasado turno de tres minutos por accionista.
Los asistentes se quejaron de que gran parte de ellos habían sido ubicados en salas anexas a la principal donde se celebraba la junta, en la que había numerosos cargos intermedios del grupo. Hubo también trabajadores entre los indignados. Así, José Cámara, que se identificó como empleado de Bankia, pidió perdón a “cientos de clientes, familiares y vecinos” a los que vendió preferentes y otros productos híbridos. “Me considero colaborador necesario de la mayor estafa que ha tenido lugar en España en los últimos años”, concluyó Cámara.
Goirigolzarri afirmó que Bankia es hoy, entre otras cosas, un proyecto con un “impacto social” difícilmente comparable, porque de cómo le vaya al banco dependerá la suerte de los depósitos, de sus empleados e incluso del éxito de la reestructuración bancaria española y la imagen del país.
La gente, sin embargo, no buscaba grandes propósitos, sino su dinero. Frente a la concordia que intentaba alcanzar Goirigolzarri, una de las frases más repetidas desde el público, formado en gran medida por ancianos, fue: “No sé cómo pueden dormir por las noches”. O, “es muy fuerte ir al banco a pedir tu dinero y que te digan que no te lo pueden dar”. Más de 130 personas solicitaron turno para hablar, pero solo lo hicieron unos 70. El resto se fue retirando poco a poco del palacio de congresos, tras escuchar en boca de otras quejas muy parecidas a las que tenían preparadas.
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