jeudi 20 juin 2013



Los mercados sufren fuertes pérdidas tras el anuncio del final de los estímulos




    Varios operadores en el parqué de Wall Street. / RICHARD DREW (AP)
    Los mercados financieros han registrado este jueves fuertes caídas ante la confirmación de la retirada de los estímulos, que aunque ya se sabía no se habían descontado del todo, y las dudas sobre China. El castigo, además, ha sido totalmente transversal: desde las Bolsas a la deuda soberana, pasando por el oro y la renta fija de los emergentes, que están sufriendo una importante salida de inversores extranjeros tras dos años recibiendo su dinero.
    Las ventas, que han arrastrado el precio de la onza de oro por debajo de los 1.300 dólares por primera vez desde 2010, han pasado factura a los índices de referencia europeos y a Wall Street. En España, el Ibex 35 se ha dejado un 3,41% al cierre en lo que ha acabado siendo su segundo peor día en lo que va de 2013. Por tanto, este viernes abrirá en 7.822 puntos. Tras este nuevo batacazo roza mínimos anuales.
    En el resto del Viejo Continente, el Dax alemán también ha bajado un 3%; el Cac parisino otro 3,3%, tal y como ha pasado con Milán, que ha cedido un 3,1%. Mientras, Londres ha caído un 2,72%. En las divisas, el euro ha dicho adiós a los 1,32 dólares. Al otro lado del Atlántico, el Dow Jones ha cedido al cierre de Europa un 1,5% tras evolucionar en sentido contrario al sentido de las noticias. Así, en cuanto peor era la noticia, como el dato de paro de primera hora, más ha mejorado Wall Street ante las expectativas de que la Fed volverá a apostar por los estímulos. Y a la inversa, tal y como ha pasado horas después con la estadística sobre venta de vivienda.

    La actuación de la Fed y del instituto emisor japonés, que han inundado de liquidez el mercado, han estado detrás de la mejora de la renta variable de los últimos meses. Junto al BCE, los bancos centrales también han sido los responsables de la recuperación registrada en la deuda, con lo que estos organismos se han convertido en los principales motores de las decisiones del mercado, tanto para comprar como, tal y como ha pasado este jueves, para vender.En este enrarecido ambiente, el Tesoro Público ha acudido esta mañana al mercado para colocar 4.016 millones de euros en bonos a 5, 8 y 10 años, aunque a costa de elevar las rentabilidades de sus bonos a su nivel más alto desde marzo. Tras la subasta, la prima de riesgo ha llegado a subir a 320 puntos básicos, unos 23 más que la víspera. El repunte del sobreprecio exigido a los bonos del Tesoro frente a los alemanes, de referencia por su estabilidad, se explica porque los títulos españoles han pasado a intercambiarse con un interés del 4,84%, máximos también de los últimos tres meses. No obstante, el avance de la prima habría sido mayor si el bund no hubiese visto también aumentar su rentabilidad hasta el 1,66%.
    El jefe del banco central estadounidense anunció que mantendrá los tipos en el 0% y seguirá comprando deuda para sostener la recuperación y hasta que la situación se normalice. Por tanto, si se cumplen las previsiones, la compra de activos de deuda podría moderarse a final de este año y concluir a mediados de 2014. No obstante, consciente de lo que le cuesta al mercado digerir sus palabras, volvió a advertir de que todas las decisiones dependerán de la marcha de la economía y dejó dos apuntes positivos: El paro bajará del 7% en 2014, y no en 2015 como se decía; y los riesgos a la baja al crecimiento se han reducido desde el pasado otoño. 
    "Pensamos que estos comentarios van confirmando lo que desde hace unas semanas comienza a ser algo palpable y que es muy posible que en los próximos meses comencemos a ver moderaciones de (los estímulos monetarios) QE3", ha comentado al respecto Banesto Bolsa en una nota. "En este sentido, pensamos que los mercados podrían comenzar a descontar el impacto a la baja anticipadamente en el corto plazo", han añadido los analistas de esta entidad. Victoria Torre, responsable de análisis de Self Bank, resumió que "aunque en el mensaje no hubo nada inesperado, los inversores se vieron invadidos por el pesimismo y se decantaron por las ventas".

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