La visión está sostenida en la generación de soluciones inteligentes.
El efecto balsámico que desde el pasado jueves ha impulsado las
cotizaciones bursátiles y ha animado —ligeramente— la demanda en el
mercado de deuda soberana se ha ido agotando a lo largo de la jornada, a
medida que aumenta el escepticismo ante la posibilidad de que el Banco
Central Europeo (BCE) compre deuda soberana de España e Italia para
aliviar sus costes de financiación.
El Ibex, que ha iniciado el día con un leve avance del 0,75%, tras
anotarse ayer un alza del 2,78%, ha ido ampliando la subida durante la
mañana hasta tocar un máximo diario en los 6.913,7 puntos, lo que supone
una subida del 1,64%. Sin embargo, por la tarde las ganancias han
desaparecido hasta hace caer en números rojos al indicador, que se ha
llegado a dejar un 1,63% respecto a su cierre de ayer. El indicador ha
cerrado la sesión con una caída del 0,94%, en 6.737,1 puntos.
Bankia (+8,42%), Grifols (+4,15%) y Bankinter (+3,79%) se han anotado
los mayores avances, mientras Repsol (-3,7%), Inditex (-3,14%) y Mapfre
(-2,5%) han sido los valores que más han perdido.
Las primeras horas de la sesión han estado marcadas por el anuncio de
resultados empresariales. BBVA ganó 1.510 millones en la primera mitad
del año, un 35,4 % menos que en el mismo periodo de 2011, tras efectuar
dotaciones por importe de 1.434 millones. Aún debe provisionar más de
3.200 millones de euros para sanear su riesgo inmobiliario. Ha caído un
0,86% en Bolsa. El grupo de hemoderivados Grifols ganó 133,5 millones de
euros en el primer semestre del año, un 591,7% más que en el mismo
periodo del año anterior gracias a la compra de la norteamericana
Talecris en junio del año 2011.
En el mercado de deuda soberana, la prima de riesgo, diferencial de
rentabilidad entre el bono español a 10 años y su equivalente alemán, se
ha mantenido buena parte de la mañana en torno a los 525 puntos básicos
(5,25 puntos porcentuales), tras terminar la sesión de ayer en 523,
pero ha enfilado la tarde con un alza que la ha llevado hasta los 549
puntos, pero terminar en día en 546. Con esa evolución, los inversores
han pasado a exigir a la deuda soberana a 10 años una rentabilidad del
6,749%.
La tensión que se mantiene sobre la deuda soberana, según los
analistas, es síntoma de que los inversores están moderando sus
expectativas sobre una posible compra de bonos por parte del emisor del
euro, algo a lo que se resiste el Bundesbank. De hecho, la rentabilidad
del bono alemán a 10 años, que ayer subió hasta el 1,428%, hoy ha vuelto
a ceder y se sitúa en torno al 1,318%, lo que supone que se han
reanudado las compras de estos activos, que se consideran seguros. El
precio y la rentabilidad de los bonos se mueve de forma inversa, de
manera que si el primero aumenta la segunda disminuye y viceversa.
Las Bolsas europeas apenas se mueven respecto a sus cierres de ayer y
han acogido con mínimas variaciones algunos resultados de grandes
empresas, que han defraudado las expectativas de los inversores. A
primera hora de la tarde, Londres cedía un 0,33%, París avanzaba un
0,04%, Fráncfort un 0,43% y Milán un 0,43%.
El banco suizo UBS se anotó en el segundo trimestre una caída en su
beneficio neto del 58%, hasta 425 millones de francos suizos, y registró
pérdidas en su actividad de banca de inversión. El beneficio del
Deutsche Bank, el mayor banco alemán, también cedió un 46% entre abril y
junio, hasta 650 millones de euros, debido a un retroceso del 63% en
las ganancias de banca de inversión. La petrolera británica BP, la
segunda mayor de Europa, también ha decepcionado, tras anunciar unas
pérdidas de 1.385 millones de dólares en el segundo trimestre, frente a
unas ganancias de 5.718 millones el año pasado. Bayer, por el contrario,
ha aumentado sus previsiones de ingresos y beneficios para este año,
tras anotarse un Ebitda de 2.170 millones de euros, un 6,7% más.
La decepción también ha llegado de Estados Unidos. Varios indicadores
macroeconómicos positivos conocidos hoy alejan la posibilidad de que la
Reserva Federal adopte nuevos estímulos monetarios en la reunión de dos
días que inicia hoy el el Comité de Mercado Abierto, órgano encargado
de formular la política monetaria estadounidense. El gasto de los
consumidores no registró cambios en junio, tras haber cedido un 0,1% el
mes anterior; los precios de la vivienda cayeron en mayo menos de lo
esperado; y la confianza de los consumidores aumentó en julio por
primera vez en cinco meses.
Se espera que la Reserva Federal anuncie mañana, como mucho, un
compromiso de mantener el tipo oficial del dinero en Estados Unidos
cerca de cero hasta más allá de finales de 2014, que es el horizonte
marcado hasta el momento. Por el contrario, la mayor parte de los
economistas sondeados por Bloomberg no cree que la institución que
preside Ben Bernanke anuncie mañana un nuevo programa de compras de
activos a largo plazo y que, más bien, esa decisión se dejará para la
cita de política monetaria del 12 y 13 de septiembre.
Pero más expectación, si cabe, crea la reunión que mantendrá el
Consejo de Gobierno del BCE del jueves, tras las declaraciones
efectuadas la semana pasada por Mario Draghi, en las que aseguró que la
institución que preside está dispuesta a hacer "lo que haga falta" en
defensa del euro y que ello implica actuar sobre las primas de riesgo si
son tan elevadas que "entorpecen el funcionamiento del canal de
transmisión de la política monetaria" del BCE.
Sus palabras han caído como agua de mayo entre los inversores, que
ven detrás de ellas la voluntad de comprar títulos para relajar los
costes de financiación que asfixian a España e Italia. Angela Merkel,
François Hollande y Mario Monti han replicado la declaración de Draghi y
ayer fueron el secretario del Tesoro de Estados Unidos, Timothy
Geithner, y el ministro de Finanzas alemán, Wolfgang Schäuble, quienes,
tras reunirse en la isla alemana de Sylt, alabaron las reformas
emprendidas por España e Italia.
El presidente del Eurogrupo, Jean-Claude Juncker, confirmó durante el
fin de semana a medios alemanes y franceses que el fondo de rescate
europeo en vigor, el Fondo Europeo de Estabilidad Financiera (FEEF),
está dispuesto a actuar conjuntamente con el BCE.