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La dependencia de la banca española del BCE se dispara con el rescate
Los bancos tuvieron prestados una media de 337.206 millones en junio
La fuga de capitales provoca que la liquidez dependa del banco central
La desconfianza en España y la salida de capitales ha convertido en
el Banco Central Europeo en el recurso para que los bancos españoles
puedan tener suficiente liquidez. En junio, el mes en que España anunció que pedía el rescate
para sanear su sector financiero, los mercados estuvieron cerrados para
la banca. Por ello, tuvo que recurrir de forma creciente a los
préstamos del Banco Central Europeo, que batieron todos los récords.
Los bancos españoles pidieron 337.206 millones netos de media en junio, según los datos publicados por el Banco de España. En un año, los préstamos del banco emisor a las entidades españolas se han multiplicado por siete, desde los 47.777 millones de hace un año. El aumento en un solo mes ha sido del 17%. Además, el hecho de que la cifra se calcule como media y la tendencia al alza permite suponer que la cifra ha ido creciendo a lo largo del mes.
Eso muestra que la banca española no es capaz de obtener liquidez suficiente en los mercados mayoristas e interbancarios para financiarse y tiene que recurrir al banco emisor. El BCE realiza préstamos tomando como garantía bonos de deuda soberana y otros títulos de renta fija (bonos de titulización hipotecaria, de consumo o similares). El organismo que preside Mario Draghi decidió relajar las exigencias de garantías para que los bancos puedan pedirle fondos prestados, lo que ha contribuido a que las entidades españolas tengan la posibilidad de pedir más dinero.
De la financiación a la banca española, 320.036 millones eran inyecciones a largo plazo, unos 5.000 millones más que el mes anterior. Pero lo que se dispararon fueron los préstamos a corto plazo, las operaciones principales de financiación, que pasaron de 9.200 a 45.000 millones. Además, los bancos españoles redujeron su volumen de depósitos en el BCE de 36.829 a 27.792 millones.
La cifra española es la más alta de toda la zona euro y a gran distancia ya de la banca italiana, cuya dependencia del BCE se mantuvo relativamente estable en junio. A cierre de ese mes, las entidades italianas tenían prestados 269.737 millones a largo plazo y 11.703 millones a corto plazo, mientras que los depósitos eran de 7.651 millones, de modo que la financiación neta era de 273.789 millones, según los datos del Banco de Italia.
En el conjunto del Eurosistema, los bancos pidieron prestados 437.789 millones netos. Tenian prestados 132.691 millones a corto plazo y 1,069 billones a largo plazo, pero al tiempo, tenía como colchón de liquidez 766.215 millones depositados en el propio BCE. Esa cifra de depósitos es la que se ha reducido drásticamente esta semana después de que entrase en vigor la rebaja de tipos al 0% para remunerar esos depósitos.
Esa salida de depósitos se ha refugiado en parte en títulos de deuda soberana, lo que ha provocado que estos coticen ya con rentabilidad negativa en cinco países de la zona euro, partida en dos por los mercados.
La cifra española supone un 77% de todo el préstamo neto del BCE, pero ese porcentaje es equívoco, porque hay países cuyos bancos tienen saldo neto positivo depositado en el organismo. Lo que sí es representativo es que la banca española tiene el 34% de los préstamos a corto plazo; el 30% de los préstamos a largo plazo y menos del 4% del total de depósitos.
Los bancos españoles pidieron 337.206 millones netos de media en junio, según los datos publicados por el Banco de España. En un año, los préstamos del banco emisor a las entidades españolas se han multiplicado por siete, desde los 47.777 millones de hace un año. El aumento en un solo mes ha sido del 17%. Además, el hecho de que la cifra se calcule como media y la tendencia al alza permite suponer que la cifra ha ido creciendo a lo largo del mes.
Eso muestra que la banca española no es capaz de obtener liquidez suficiente en los mercados mayoristas e interbancarios para financiarse y tiene que recurrir al banco emisor. El BCE realiza préstamos tomando como garantía bonos de deuda soberana y otros títulos de renta fija (bonos de titulización hipotecaria, de consumo o similares). El organismo que preside Mario Draghi decidió relajar las exigencias de garantías para que los bancos puedan pedirle fondos prestados, lo que ha contribuido a que las entidades españolas tengan la posibilidad de pedir más dinero.
De la financiación a la banca española, 320.036 millones eran inyecciones a largo plazo, unos 5.000 millones más que el mes anterior. Pero lo que se dispararon fueron los préstamos a corto plazo, las operaciones principales de financiación, que pasaron de 9.200 a 45.000 millones. Además, los bancos españoles redujeron su volumen de depósitos en el BCE de 36.829 a 27.792 millones.
La cifra española es la más alta de toda la zona euro y a gran distancia ya de la banca italiana, cuya dependencia del BCE se mantuvo relativamente estable en junio. A cierre de ese mes, las entidades italianas tenían prestados 269.737 millones a largo plazo y 11.703 millones a corto plazo, mientras que los depósitos eran de 7.651 millones, de modo que la financiación neta era de 273.789 millones, según los datos del Banco de Italia.
En el conjunto del Eurosistema, los bancos pidieron prestados 437.789 millones netos. Tenian prestados 132.691 millones a corto plazo y 1,069 billones a largo plazo, pero al tiempo, tenía como colchón de liquidez 766.215 millones depositados en el propio BCE. Esa cifra de depósitos es la que se ha reducido drásticamente esta semana después de que entrase en vigor la rebaja de tipos al 0% para remunerar esos depósitos.
Esa salida de depósitos se ha refugiado en parte en títulos de deuda soberana, lo que ha provocado que estos coticen ya con rentabilidad negativa en cinco países de la zona euro, partida en dos por los mercados.
La cifra española supone un 77% de todo el préstamo neto del BCE, pero ese porcentaje es equívoco, porque hay países cuyos bancos tienen saldo neto positivo depositado en el organismo. Lo que sí es representativo es que la banca española tiene el 34% de los préstamos a corto plazo; el 30% de los préstamos a largo plazo y menos del 4% del total de depósitos.
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