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Almunia insta a España a pedir que el fondo de rescate compre deuda
El comisario europeo cree que ha llegado el momento de aplicar los acuerdos y comprar deuda
Considera que es necesario para "rebajar la tensión en el mercado"
Claudi Pérez
Bruselas
23 JUL 2012 - 11:40 CET74
España “no necesita” un rescate total. El vicepresidente y comisario
europeo de Competencia, Joaquín Almunia, ha explicado este lunes ante
los periodistas españoles de Bruselas que la economía española “tiene
capacidad para salir adelante con las medidas que ya se han adoptado y
que hay que seguir adoptando con el Memorando de Entendimiento [el
rescate financiero con severas condiciones para la banca y la política
fiscal]”. Pero Almunia asegura que España “no puede hacer sola toda la
tarea”, en un mensaje claro y rotundo dirigido a los socios europeos.
“Tomando decisiones, España se carga de razones para pedir a los socios
europeos que complementen la tarea”, ha dicho. La traducción: hay que
intervenir en el mercado de deuda con los mecanismos aprobados
en la última cumbre del euro, que permite a los fondos de rescate
comprar bonos de los países con problemas si lo piden. “Esa parte de los
acuerdos necesita ser aplicada”, ha dicho Almunia, con el bono a 10
años escalando a niveles insostenibles, las Bolsas a la baja y España (e
Italia) convertida en el centro de la diana. Eso implicaría que España
pidiera al Eurogrupo la compra de deuda.
Las especulaciones han empezado ya, después de conocerse que el ministro de Economía, Luis de Guindos, visitará mañana a su homólogo alemán, Wolfgang Schäuble. Al cabo, el futuro de la eurozona no está ni mucho menos asegurado, según afirma el economista Alberto Alesina en un diario italiano. La prueba de que el nerviosismo crece es que el primer ministro de Italia, Mario Monti, ha iniciado conversaciones con Rusia en busca de ayuda, según Il Sole 24 Ore.
Recado de Almunia, así pues, para los socios europeos de España. Pero mensaje también para el Gobierno: “Hay que respetar la autonomía del Banco Central Europeo (BCE)”, ha dicho Almunia en clara referencia a la presión del Ejecutivo, que en boca de su ministro de Exteriores, José Antonio García Margallo, ha calificado al BCE de “banco clandestino”.
“El Gobierno y las autoridades europeas saben bien lo que hay que hacer”, a juicio del vicepresidente europeo. Mientras lo hacen, los mercados castigan duro. Por una razón evidente: los fondos de rescate tienen una potencia de fuego de medio billón de euros. Los socios europeos, encabezados por Alemania, se han opuesto a darle a esos fondos una ficha bancaria para que pueda acudir a la ventanilla del BCE y tenga un arsenal ilimitado. Y el BCE ha dado claros signos de que no va a actuar, a pesar de que sí lo hizo el verano pasado. En esas condiciones, los inversores van a tantear los límites de los fondos de rescate. “Si tienes una pistola de agua, vas a tener que usarla. Si tienes un bazoca, no hay necesidad de usarlo”, dijo el secretario del Tesoro de George W. Bush cuando Estados Unidos se enfrentó a un problema parecido.
Almunia será el encargado de validar los planes de reestructuración de las cajas que pidan ayudas. Ha justificado que los titulares de preferentes y deuda subordinada carguen con parte de la factura, para que todo el peso no recaiga sobre los hombros de los contribuyentes. “Si hay acuerdos voluntarios de conversión de deuda subordinada en capital o de recuperación de los títulos con un descuento, esos acuerdos formarán parte de los planes de reestructuración; si no, el Gobierno debe aprobar legislación antes de finales de agosto para ver qué condiciones se les pueden imponer” a los titulares de preferentes o subordinadas.
En el caso de la deuda de máxima calidad, Almunia insta a no traspasar los límites “a partir de los cuales puede ponerse en peligro el acceso del sector financiero a los mercados”. A diferencia del BCE, cree que la deuda de máxima calidad no va a pasar por caja. ¿Por qué el BCE ha introducido esa variable en el debate con posterioridad al acuerdo relativo al rescate a España? “No lo sé”, ha respondido Almunia.
El rescate español “es la solución para la necesidad de capitalizar el sistema bancario, para permitir que la banca cumpla con sus obligaciones”, según Almunia. Los mercados opinan, a mediodía del lunes, lo contrario: la Bolsa ha llegado a caer en torno a un 10% desde el pasado viernes y la prima de riesgo ha roto todos los máximos. Varios economistas apuestan por un rescate total si no hay medidas excepcionales, y no parece sencillo que las haya sin el acuerdo de todos los países: el fondo de rescate temporal (EFSF) requiere unanimidad en la toma de decisiones, y países como Holanda y Finlandia han mostrado un rechazo rotundo a la posibilidad de comprar bonos con ese instrumento. El mecanismo de rescate permanente (Mede) requeriría una mayoría cualificada, del 85% de los votos, lo que dejaría fuera vetos como el finlandés y el holandés. Pero para cuando esté en marcha, si la presión no cede, la deuda española estará ya achicharrada.
Las especulaciones han empezado ya, después de conocerse que el ministro de Economía, Luis de Guindos, visitará mañana a su homólogo alemán, Wolfgang Schäuble. Al cabo, el futuro de la eurozona no está ni mucho menos asegurado, según afirma el economista Alberto Alesina en un diario italiano. La prueba de que el nerviosismo crece es que el primer ministro de Italia, Mario Monti, ha iniciado conversaciones con Rusia en busca de ayuda, según Il Sole 24 Ore.
Recado de Almunia, así pues, para los socios europeos de España. Pero mensaje también para el Gobierno: “Hay que respetar la autonomía del Banco Central Europeo (BCE)”, ha dicho Almunia en clara referencia a la presión del Ejecutivo, que en boca de su ministro de Exteriores, José Antonio García Margallo, ha calificado al BCE de “banco clandestino”.
“El Gobierno y las autoridades europeas saben bien lo que hay que hacer”, a juicio del vicepresidente europeo. Mientras lo hacen, los mercados castigan duro. Por una razón evidente: los fondos de rescate tienen una potencia de fuego de medio billón de euros. Los socios europeos, encabezados por Alemania, se han opuesto a darle a esos fondos una ficha bancaria para que pueda acudir a la ventanilla del BCE y tenga un arsenal ilimitado. Y el BCE ha dado claros signos de que no va a actuar, a pesar de que sí lo hizo el verano pasado. En esas condiciones, los inversores van a tantear los límites de los fondos de rescate. “Si tienes una pistola de agua, vas a tener que usarla. Si tienes un bazoca, no hay necesidad de usarlo”, dijo el secretario del Tesoro de George W. Bush cuando Estados Unidos se enfrentó a un problema parecido.
Almunia será el encargado de validar los planes de reestructuración de las cajas que pidan ayudas. Ha justificado que los titulares de preferentes y deuda subordinada carguen con parte de la factura, para que todo el peso no recaiga sobre los hombros de los contribuyentes. “Si hay acuerdos voluntarios de conversión de deuda subordinada en capital o de recuperación de los títulos con un descuento, esos acuerdos formarán parte de los planes de reestructuración; si no, el Gobierno debe aprobar legislación antes de finales de agosto para ver qué condiciones se les pueden imponer” a los titulares de preferentes o subordinadas.
En el caso de la deuda de máxima calidad, Almunia insta a no traspasar los límites “a partir de los cuales puede ponerse en peligro el acceso del sector financiero a los mercados”. A diferencia del BCE, cree que la deuda de máxima calidad no va a pasar por caja. ¿Por qué el BCE ha introducido esa variable en el debate con posterioridad al acuerdo relativo al rescate a España? “No lo sé”, ha respondido Almunia.
El rescate español “es la solución para la necesidad de capitalizar el sistema bancario, para permitir que la banca cumpla con sus obligaciones”, según Almunia. Los mercados opinan, a mediodía del lunes, lo contrario: la Bolsa ha llegado a caer en torno a un 10% desde el pasado viernes y la prima de riesgo ha roto todos los máximos. Varios economistas apuestan por un rescate total si no hay medidas excepcionales, y no parece sencillo que las haya sin el acuerdo de todos los países: el fondo de rescate temporal (EFSF) requiere unanimidad en la toma de decisiones, y países como Holanda y Finlandia han mostrado un rechazo rotundo a la posibilidad de comprar bonos con ese instrumento. El mecanismo de rescate permanente (Mede) requeriría una mayoría cualificada, del 85% de los votos, lo que dejaría fuera vetos como el finlandés y el holandés. Pero para cuando esté en marcha, si la presión no cede, la deuda española estará ya achicharrada.
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