jeudi 16 mai 2013


Un agujero negro en Ginebra

Por:  16 de mayo de 2013
Esta entrada ha sido escrita por nuestro colaborador Alex Prats (@alexpratstweets).
Suiza
¡Oleeerileeejuuu!
Suiza es en la actualidad el principal centro comercial de 'commodities'. Alrededor del 25 por ciento del comercio mundial de materias primas tiene este país como centro neurálgico. Desde allí se controla, por ejemplo, el 60% del comercio de café, o hasta 75 veces la cantidad de petróleo que el país utiliza en un año.
¿Por qué Suiza, un país caro y sin salida al mar, desempeña un rol tan importante en el comercio mundial de materias primas? ¿Tiene este hecho alguna relación con la lucha contra la pobreza? Estas son las preguntas a las que responde un nuevo informepublicado por la ONG Christian Aid.
El comercio de materias primas que se gestiona desde Suiza tiene una particularidad. Se trata en gran parte de negocios gestionados por intermediarios que se dedican a comprar materias primas en un país y llevarlas a otro sin que los productos pasen en realidad por Suiza. Los intermediarios llevan esos productos allí donde creen que pueden obtener mejores precios, a veces modificando las rutas a medio camino si ello les permite aumentar beneficios. He aquí el primer problema: cuando, por ejemplo, Zambia exporta cobre a través de intermediarios basados en Suiza, esas exportaciones se registran en Zambia como exportaciones a Suiza, pero en cambio, en Suiza no se registran como importaciones. La consecuencia es que el gobierno y la población de Zambia no llegan a saber cuál es el destino final de los productos exportados.
Tal como explica el informe publicado, hasta el 90% de las exportaciones procedentes de países en desarrollo desaparecen en el ‘agujero negro de Ginebra’.
Pero, ¿por qué las ventas logradas por intermediarios basados en Suiza se hanmultiplicado por quince en los últimos diez años? ¿Por qué Suiza ha sido capaz de hacer de este tipo de actividad su principal actividad económica?
Lo que ha atraído a tantas nuevas empresas comercializadoras de materias primas a Suiza es, en gran medida, la falta de transparencia financiera (por ejemplo, pero no sólo, gracias al secreto bancario que ofrece), los bajos impuestos que Suiza impone sobre los beneficios de las empresas, la débil regulación existente y la opacidad que genera para el seguimiento de los flujos comerciales. En otras palabras, no estaríamos escribiendo sobre este tema si Suiza no fuera un paraíso fiscal.
La investigación realizada por Christian Aid analiza los flujos comerciales de materias primas entre países en desarrollo y el resto del mundo entre los años 2007 y 2010, y llega a la conclusión de que los países en desarrollo podrían haber perdido en ese periodo hasta 578.000 millones de euros en el comercio realizado con o a través de Suiza. Esta cifra es superior a la cantidad de ayuda para el desarrollo desembolsada en ese periodo de tiempo. ¿Se imaginan cuántas cosas se podrían haber hecho en los países en vías de desarrollo si ese dinero se hubiera quedado allí, en lugar de viajar de forma ilícita al centro de Europa?
Pero, ¿por qué entonces las empresas que están en países en desarrollo hacen negocios con intermediarios basados en Suiza, si salen perjudicados? Una de las explicaciones más plausibles es que ese comercio se realiza en realidad entre empresas que pertenecen a un mismo grupo. De este modo, una empresa que extrae cobre en Zambia vende el cobre a precios muy bajos a otra empresa de su mismo grupo en Suiza, la cual venderá ese producto al cliente final a precios mucho más altos. Con ello se consigue reducir las ventas y los beneficios de la empresa en Zambia (y así también el pago de impuestos al gobierno de Zambia), y aumentar el volumen de ventas y los beneficios en Suiza, donde la empresa apenas pagará impuestos, podrá guardar su dinero en cuentas sujetas a secreto bancario y se beneficiará de la opacidad existente para esconder sus operaciones ante posibles auditorías o investigaciones.
Prácticamente mil millones de personas se irán a dormir esta noche con el estómago vacío. Cada año mueren 2,3 millones de niñas y niños por culpa de la desnutrición. La ayuda para el desarrollo es importante, y debería aumentar, pero no es la cuestión fundamental para acabar con la pobreza.
Lo fundamental es que los países ricos, como Suiza, dejen de una vez por todas de quedarse con lo que no les corresponde. Basta ya de enriquecerse a costa de los países que disponen de muchos menos medios para combatir abusos e injusticias.

Para saber más: El informe Swissploitation? forma parte de otro informe más extenso, escrito también por nuestro colaborador Alex Prats, titulado Who pays the Price? Hunger: the hidden cost of tax injustice. Este informe contiene, además, el resultado de otra investigación realizada sobre más de 1.500 multinacionales que operan en India donde se revela que aquellas que tienen conexiones con paraísos fiscales pagaron en el año 2010 un 30% menos de impuestos que el resto. Por último, aquí puedes leer la entrada escrita por Alex Prats y publicada ayer por el Huffington Post en Reino Unido.

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