jeudi 2 mai 2013




El BCE rebaja los tipos de interés al mínimo histórico del 0,50%

Draghi aplaza actuaciones concretas para ayudar a la financiación de las pymes

Dice que está "frustrado" por los fallos en la transimisión de su política monetaria

"No puedes ir por ahí repartiendo dinero desde un helicóptero", advierte

El instituto emisor contempla una tasa negativa a los depósitos



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Con el resto de autoridades monetarias en plena barra libre de liquidez y medidas extraordinarias, y con Europa metida en una nueva recesión, el Banco Central Europeo (BCE) no podía seguir siendo totalmente abstemio. El Eurobanco que preside Mario Draghi ha anunciado este mediodía una rebaja de los tipos de interés oficiales hasta el 0,5%: nuevo mínimo en una era que está plagada de récords supuestamente históricos, casi siempre para mal. Además, el instituto emisor ha reducido el interés que cobra por los créditos de emergencia (la llamada facilidad marginal de préstamo) del 1,5% al 1% y ha ampliado durante al menos un año más las medidas extraordinarias para garantizar que los bancos sigan contando con liquidez ilimitada. Sin embargo, no ha anunciado medidas para ayudar a las pymes.
"Vigilaremos de cerca la evolución próxima de la economía y estaremos listos para actuar si fuese necesario", ha explicado Draghi, que ha reconocido su "frustación" sobre los problemas existentes para que sus decisiones de política monetaria (el recorte de tipos) y la mejora registrada en los mercados se transmitan al crédito. En cualquier caso, el presidente del BCE ha advertido de que, en la eurozona y a diferencia de lo que ocurre en otras zonas económicas, "no puedes ir por ahí repartiendo dinero desde un helicóptero".
En el capítulo de futuribles quedan eventuales medidas para la financiación de las pymes, para lo que al menos ha dado un paso frente con respecto a lo anunciado en anteriores consejos al poner en marcha un equipo de trabajo. También, aunque de forma más difusa, se ha mostrado abierto a la imposición de una tasa negativa a los depósitos para animar a los bancos a poner en circulación estos fondos, aunque ha recordado que en el pasado esta medida no tuvo el efecto deseado.
En teoría, las condiciones de política monetaria nunca han estado tan relajadas. Pero en la práctica, las empresas españolas y las italianas se enfrentan a un cierre del grifo del crédito, que cuando además se abre es con altos intereses en comparación con las empresas alemanas o austriacas. Los expertos denominan a ese fenómeno “fragmentación financiera”. En realidad es como si hubiera dos mundos paralelos dentro de la eurozona: uno en el que es caro pedir prestado (y por lo tanto invertir, crear empleo y salir de la recesión) y otro que vive la crisis en camarote de primera: Alemania se ha ahorrado entre 8.000 y 10.000 millones de euros, según los datos que maneja Klaus Regling (presidente del mecanismo de rescate europeo) en los tres últimos años a causa de los menores costes de financiación.
Los analistas esperaban que en la rueda de prensa posterior al consejo de gobierno, reunido en Bratislava (Eslovaquia), Draghi diese más pistas acerca de cómo piensa ayudar a la eurozona a salir del agujero en el que se está metiendo, con la inflación rápidamente a la baja, el paro cabalgando hacia territorio depresivo —sobre todo en el Sur—, y el continente entero paralizado por una extraña combinación de severa austeridad fiscal y, en la práctica, austeridad también por el flanco monetario, que se manifiesta en unos tipos de interés muchos más altos para las empresas y los consumidores del Sur que para sus homólogos del núcleo de la eurozona. La rebaja de tipos es una primera señal, pero muy débil: metido en territorio 0%, el precio oficial del dinero apenas tiene tracción, convertido en un ungüento psicológico más que en cualquier otra cosa.
"Existen diferentes situaciones en la zona euro", ha empezado por admitir Draghi antes de reconocer que "los ciclos de los negocios no son los mismos, no están sincronizados". "El mismo banco puede llegar a emitir deuda 150 puntos más barato en Múnich que en Milán y es el mismo banco", ha sintetizado ante los periodistas. Sin embargo y aunque "las medidas de política monetaria pueden beneficiar a unos más que a otros", está convencido de que la rebaja de tipos "beneficia a todos". También a Alemania, cuya canciller, Angela Merkel, defendió hace unos días que para su país era mejor subir el precio del dinero que bajarlo. Pero esto no puso en duda la supuesta independencia del BCE: "No creo que su comentario fuese hecho para influir sobre el consejo de gobierno", ha dicho.
A lo largo de la crisis, el BCE ha hecho todo lo que estaba en su mano para evitar que la perturbación financiera acabara como el rosario de la aurora, pero se ha mostrado mucho más timorato a la hora de tirar del carro de una eurozona con casi 20 millones de desempleados, en la que la cura de adelgazamiento está metamorfoseando los problemas económicos en una preocupante crisis política y social. Y en la que el BCE sale muy señalado por su timidez —sale perdiendo en la comparativa con Estados Unidos y Japón, cuyo activismo monetario ha permitido una recuperación que en Europa ni está ni se le espera— y, en definitiva, por no hacer su trabajo.

El BCE vuelve a aceptar la deuda de Chipre como garantía

El BCE va a aceptar de nuevo la deuda de Chipre como garantía para prestar dinero a los bancos en sus operaciones de refinanciación, según ha informado la Autoridad Monetaria del euro en un comunicado. Para ello, la deuda de este país, rescatado el pasado marzo, "estará sujeta a recortes especiales".
Con esta decisión se suspende la aplicación de una calificación de crédito mínima en los requerimientos para la deuda de Chipre usada como garantía en las operaciones de refinanciación.
 El BCE ha considerado en la decisión el memorando de entendimiento acordado entre Chipre y la Comisión Europea, que refleja el programa de ajuste financiero y económico para Chipre, que es apropiado, según la entidad monetaria.

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