Las expectativas una nueva ronda de medidas de estímulo monetario que
estimulen la actividad en las principales economías del mundo y han
estimulado las alzas bursátiles en una jornada sin dirección clara
durante buena parte de la misma.
El Ibex ha comenzado la jornada con una leve apertura a la baja y ha
llegado a perder un 1,28% y tocar 7.216,8 puntos. A partir de ese
momento, sin embargo, ha emprendido una escalada que ha acelerado hasta
cerrar en 7.398,9 puntos, lo que supone un alza del 1,21% en el día.
En Europa, las Bolsas se han mantenido planas durante buena parte de
la sesión, marcada por la inactividad en la plaza de Londres, la que
mayor volumen canaliza. El inicio de la sesión ha sido bajista, marcado
por un nuevo dato que confirma la desaceleración en China: los
beneficios de las empresas industriales cayeron en julio un 5,4%,
respecto al mismo mes del año precedente, según la Oficina Nacional de
Estadísticas. En Alemania, la confianza de los consumidores cayó por
cuarto mes consecutivo en agosto hasta su menor nivel desde marzo de
2010, según el indicador elaborado por el instituto Ifo. El dato ha sido
algo mejor de lo esperado, por lo que la Bolsa de Fráncfort ha
finalizado con un avance del 1,1%, París ha subido un 0,86% y Milán un
0,89%.
Los inversores se mantienen a la expectativa de próximas medidas de
estímulo monetario por parte de los principales bancos centrales. El
primer ministro chino, Wen Jiabao, señaló el pasado sábado que el tercer
trimestre es "crucial" para que se cumplan los objetivos anuales de
crecimiento de las exportaciones, lo que podría necesitar alguna
inyección de liquidez más en la primera economía asiática.
En Estados Unidos, toda la atención se dirige a la reunión de
banqueros centrales que se celebrará, como cada año, en Jackson Hole
(localidad estadounidense situada en el estado de Wyoming) el próximo
viernes. El discurso más esperado es el del presidente de la Reserva
Federal, Ben Bernanke, en el que se tratarán de identificar signos
—aunque no se espera ningún anuncio— de un próximo programa de compras
de activos de deuda (
quantitative esasing, o expansión cuantitativa), que sería el tercero desde 2008.
Las señales de que el banco central estadounidense prepara medidas se
multiplican. Según las actas de su última reunión, los miembros del
órgano que elabora la política monetaria de la Reserva Federal están
dispuestos a actuar "bastante pronto", a menos que se verifique un
relanzamiento de la economía. En una carta remitida el pasado 22 de
agosto por Bernanke al presidente de una de las comisiones de la Cámara
de Representantes, asegura que ve "margen de actuación". Hoy, el
presidente del Banco de la Reserva Federal de Chicago, Charles Evans, ha
afirmado en un discurso pronunciado en Hong Kong que el emisor del
dólar debería comprar deuda para que la tasa de paro descienda durante
un mínimo de seis.
Los inversores en el mercado español no se han dejado impresionar por
la firmeza de la canciller alemana, Angela Merkel, que ayer respaldó,
en una entrevista emitida por la televisión germana, la oposición del
Bundesbank a que el Banco Central Europeo (BCE) intervenga en el mercado
de deuda soberana con compras de títulos emitidos por los países más
afectados por la crisis de confianza europea, es decir, España e Italia.
En el mercado de deuda, la prima de riesgo, exceso de rentabilidad
que se exige a los bonos españoles a 10 años respecto a los alemanes
para compensar el mayor riesgo que perciben los inversores, ha llegado a
caer a 500 puntos en la apertura, tras haber cerrado el viernes en 506,
para luego situarse ligeramente por encima de ese nivel y terminar en
503. El tipo de los títulos a 10 años ha caído hoy hasta situarse en el
6,384% al cierre. La prima de riesgo ha terminado en 435 puntos, mismo
nivel en que terminó el pasado viernes.
En los plazos más cortos, los tipos en el mercado secundario ha
cedido hoy hasta el 3,676% en el caso de la deuda española y hasta el
3,09% en el de la italiana, para acabar el día en el 3,746% y el 3,132%,
respectivamente. Una posible intervención del BCE se centraría en estos
vencimientos, según anunció el pasado 2 de agosto el presidente del
banco central, Mario Draghi.
La solidez de la deuda alemana, convertida en refugio en la presente
crisis, está permitiendo al Tesoro germano financiarse a tipos ínfimos,
cuando no negativos, como ha sucedido hoy con la
emisión de letras a un año por importe de 1.975 millones de euros con un tipo medio de -0,0246%,
lo que significa los inversores están dispuestos a que se les reembolse
una cantidad inferior a la que pagaron a cambio de la seguridad de esos
activos.
Jens Weidmann, presidente del Bundesbak, el banco central alemán,
encabeza una corriente de opinión que considera que las compras de deuda
que el BCE ha realizado desde 2010 para tratar de contener la crisis de
la deuda europea sobrepasan los límites de su mandato, que es la
estabilidad de precios. El pasado 2 de agosto, el presidente del BCE,
Mario Draghi, anunció que la institución estaría dispuesta a lanzar un
nuevo programa de compras para aliviar la presión sobre los países con
primas de riesgo mayores, siempre y cuando estos soliciten antes ayuda
al fondo de rescate europeo.
El pasado domingo, Weidmann, volvió a expresar su postura en una entrevista publicada por el semanario Der Spiegel:
"No deberíamos infravalorar el riesgo de que la financiación del banco
central pueda llegar a ser adictiva como una droga". Para el presidente
del Bundesbank, que asegura no ser el único miembro del Consejo de
Gobierno del BCE a quien este asunto causa "dolor de estómago", una
medida como la compra de bonos "está cerca de la financiación de Estados
imprimiendo dinero".