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La Bolsa sube al cierre ante la perspectiva de una intervención del BCE
La prima de riesgo cierra en 506 puntos tras subir hasta 515
El Ibex borra las pérdidas de la sesión y termina en 7.310,3 puntos, con un alza del 0,38%
Los mercados han cerrado la última jornada de la semana en medio de
renovadas tensiones en el mercado de deuda soberana, mientras los
inversores se mantienen a la expectativa de que los bancos centrales de
Estados Unidos y China estén preparando más medidas monetarias para
estimular la economía. A última hora de la jornada, el optimismo ha
vuelto entre los inversores, ante la noticia recogida por la agencia
Reuters acerca de la posibilidad de que el Banco Central Europeo (BCE)
esté estudiando un programa de compras de bonos que implicaría la
adopción de bandas de fluctuación de la rentabilidad o las primas de
riesgo —por decidir— de la deuda soberana bajo presión, como la española
e italiana.
"Es una de las decisiones que se está debatiendo en los grupos de trabajo y se remitirá después al Consejo de Gobierno", ha señalado un funcionario del BCE a la citada agencia. La decisión, no obstante, no debe esperarse antes de la próxima reunión de este órgano, encargado de gestionar la política monetaria de la zona euro, el próximo 6 de septiembre.
En España, el Ibex ha abierto con un leve descenso. Tras algunos altibajos en los que se ha asomado ligeramente a la zona de ganancias, desde la primera hora de negociación ha mantenido las pérdidas, que han llegado hasta el 1,37% cuando ha tocado los 7.183 puntos. En la última media hora de sesión, sin embargo, ha emprendido una remontada que lo ha llevado hasta 7.310,3 puntos al cierre, con un avance del 0,38% respecto al cierre de ayer. Bankia (-5,33%), Abengoa (-2,63%) y ArcelorMittal (-2,83%) encabezan las pérdidas, mientras Sabadell (+13,38%), ACS (3,93%) y Mediaset (+2,42%) son los valores con mayores ganancias.
Todas las Bolsas europeas han cerrado prácticamente en plano. Londres ha terminado sin cambios, París ha ganado un 0,02%, Fráncfort un 0,31% y Milán ha cedido un 0,49%.
En el mercado de deuda, tras el alivio del principio de la semana, la presión vendedora ha vuelto sobre la deuda soberana española, impulsando la prima de riesgo (exceso de rentabilidad que los inversores exigen a los títulos a 10 años respecto a los equivalentes alemanes) por encima de los 500 puntos. Poco después de las 13.30 llegaba a 515 y el tipo del bono a 10 años llegaba al 6,485%, frente al 6,346% en que terminó ayer, para terminar la sesión en el 6,420%. El diferencial de la deuda de Italia, el otro país de la eurozona cuya deuda soberana está en el punto de mira, ha llegado a subir hasta 449 puntos, tras cerrar ayer en 432. Al final del día, la prima española ha terminado en 506 y la italiana en 435.
Desde principios de mes, los mercados de deuda soberana han vivido una cierta relajación, en medio de las especulaciones de una intervención del Banco Central Europeo (BCE), en la forma que enunció el pasado 2 de agosto el presidente de la institución, Mario Draghi (compras de deuda soberana de países sometidos a presión siempre que estos pidan previamente ayuda al fondo europeo de rescate).
Según fuentes del emisor del euro citadas por la agencia Bloomberg, Draghi esperará a que el Tribunal Constitucional alemán se pronuncie el próximo 12 de septiembre sobre la legalidad el Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE), el fondo de rescate permanente que sustituirá al Fondo Europeo de Estabilidad Financiera (FEEF), que se creó con carácter temporal en 2010 y que expirará el año que viene.
Por tanto, no cabe esperar que tras la próxima reunión de política monetaria, que tendrá lugar el 6 de septiembre, se anuncie un nuevo programa de compras de bonos, sino que habrá que esperar a que se dilucide la incertidumbre sobre el fondo permanente. Ello podría demorar cualquier actuación del BCE y, según las citadas fuentes, los detalles del plan no se conocerán antes de un mes.
Aunque no se esperan avances inmediatos, los inversores siguen atentos a los encuentros que esta semana están manteniendo los líderes europeos. En la agenda inmediata está el desbloqueo del tramo de ayuda que corresponde entregar a Grecia en el marco del último rescate —130.000 millones de euros— concedido por los acreedores internacionales (Fondo Monetario Internacional, Banco Central Europeo y Comisión Europea), la denominada troika.
Ayer, la canciller alemana, Angela Merkel, señaló, antes de recibir al presidente francés, François Hollande en Berlín que ambos iban a hablar de cómo iban a recibir a su "colega", el primer ministro griego, Antonis Samarás, que hoy ha visitado la capital alemana y mañana viaja a París. Atenas ha pedido "tiempo" para cumplir con las reformas fiscales a que está obligada en virtud del rescate, pero Alemania se muestra reacia a hacer concesiones. Hoy, el dirigente griego ha insistido en la necesidad de una dilación de los plazos y Merkel ha señalado que su Gobierno espera de Grecia "que cumpla las promesas que hicieron y que las palabras se conviertan en hechos".
Cualquier decisión, sin embargo, tendrá que esperar. "Es importante que todos nos atengamos a nuestras obligaciones y que esperemos al informe de la troika para ver el resultado", señaló Merkel en un comunicado difundido ayer. Los representantes de los acreedores internacionales viajarán a Grecia en septiembre y se prevé que para octubre esté lista su evaluación. "Nosotros, y yo, animaremos a Grecia para que siga la senda de reformas, que exige mucho de la gente", añadió la mandataria alemana.
La debilidad de las principales áreas económicas del mundo sigue pesando en el ánimo de los inversores. Ayer se conocía que la actividad industrial y de servicios en la zona euro se contrajo por séptimo mes consecutivo, según el indicador PMI, lo cual, según Rob Dobson, economista de Markit Economics, la firma que elabora el dato, hace prever que en entre julio y septiembre el PIB del área podría caer entre un 0,5% y un 0,6% respecto al trimestre anterior.
En Estados Unidos se han conocido datos contradictorios sobre la reactivación económica. Ayer se supo que el número de nuevas peticiones de subsidios de paro aumentó en 4.000, hasta 372.000, en la semana que finalizó el 18 de agosto, cifra superior a lo esperado. Además, el Departamento de Comercio informó de que la venta de viviendas nuevas creció en julio un 3,6%, hasta una tasa anual de 372.000, superior a la esperada y la más alta desde abril de 2010.
Los inversores se mantienen a la expectativa de señales sobre próximas intervenciones de los bancos centrales para estimular el crecimiento económico. El miércoles se hicieron públicas las actas de la última reunión de política monetaria que mantuvo la Reserva Federal el 31 de julio y 1 de agosto, según las cuales, la institución que preside Ben Bernanke está dispuesta a actuar "pronto", "a menos que la información que se reciba próximamente refleje un fortalecimiento sustancial y sostenible del ritmo de la recuperación económica". El dato de empleo será crucial para el banco central estadounidense y, a pesar de una cierta reactivación en el mercado de trabajo, la tasa de paro en julio se situó en el 8,3%. Este parámetro se mantiene por encima del 8% desde febrero de 2009.
Los miembros del comité debatieron posibles instrumentos para introducir combustible monetario que estimule la actividad, como un nuevo programa de expansión cuantitativa (quantitative easing, en inglés), que sería el tercero (tras los lanzados en noviembre de 2008 y noviembre de 2010), y que consisten en compras ingentes de títulos de deuda en el mercado para liberar a las entidades financieras recursos que estas pueden destinar a conceder créditos
"Es una de las decisiones que se está debatiendo en los grupos de trabajo y se remitirá después al Consejo de Gobierno", ha señalado un funcionario del BCE a la citada agencia. La decisión, no obstante, no debe esperarse antes de la próxima reunión de este órgano, encargado de gestionar la política monetaria de la zona euro, el próximo 6 de septiembre.
En España, el Ibex ha abierto con un leve descenso. Tras algunos altibajos en los que se ha asomado ligeramente a la zona de ganancias, desde la primera hora de negociación ha mantenido las pérdidas, que han llegado hasta el 1,37% cuando ha tocado los 7.183 puntos. En la última media hora de sesión, sin embargo, ha emprendido una remontada que lo ha llevado hasta 7.310,3 puntos al cierre, con un avance del 0,38% respecto al cierre de ayer. Bankia (-5,33%), Abengoa (-2,63%) y ArcelorMittal (-2,83%) encabezan las pérdidas, mientras Sabadell (+13,38%), ACS (3,93%) y Mediaset (+2,42%) son los valores con mayores ganancias.
Todas las Bolsas europeas han cerrado prácticamente en plano. Londres ha terminado sin cambios, París ha ganado un 0,02%, Fráncfort un 0,31% y Milán ha cedido un 0,49%.
En el mercado de deuda, tras el alivio del principio de la semana, la presión vendedora ha vuelto sobre la deuda soberana española, impulsando la prima de riesgo (exceso de rentabilidad que los inversores exigen a los títulos a 10 años respecto a los equivalentes alemanes) por encima de los 500 puntos. Poco después de las 13.30 llegaba a 515 y el tipo del bono a 10 años llegaba al 6,485%, frente al 6,346% en que terminó ayer, para terminar la sesión en el 6,420%. El diferencial de la deuda de Italia, el otro país de la eurozona cuya deuda soberana está en el punto de mira, ha llegado a subir hasta 449 puntos, tras cerrar ayer en 432. Al final del día, la prima española ha terminado en 506 y la italiana en 435.
Desde principios de mes, los mercados de deuda soberana han vivido una cierta relajación, en medio de las especulaciones de una intervención del Banco Central Europeo (BCE), en la forma que enunció el pasado 2 de agosto el presidente de la institución, Mario Draghi (compras de deuda soberana de países sometidos a presión siempre que estos pidan previamente ayuda al fondo europeo de rescate).
Según fuentes del emisor del euro citadas por la agencia Bloomberg, Draghi esperará a que el Tribunal Constitucional alemán se pronuncie el próximo 12 de septiembre sobre la legalidad el Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE), el fondo de rescate permanente que sustituirá al Fondo Europeo de Estabilidad Financiera (FEEF), que se creó con carácter temporal en 2010 y que expirará el año que viene.
Por tanto, no cabe esperar que tras la próxima reunión de política monetaria, que tendrá lugar el 6 de septiembre, se anuncie un nuevo programa de compras de bonos, sino que habrá que esperar a que se dilucide la incertidumbre sobre el fondo permanente. Ello podría demorar cualquier actuación del BCE y, según las citadas fuentes, los detalles del plan no se conocerán antes de un mes.
Aunque no se esperan avances inmediatos, los inversores siguen atentos a los encuentros que esta semana están manteniendo los líderes europeos. En la agenda inmediata está el desbloqueo del tramo de ayuda que corresponde entregar a Grecia en el marco del último rescate —130.000 millones de euros— concedido por los acreedores internacionales (Fondo Monetario Internacional, Banco Central Europeo y Comisión Europea), la denominada troika.
Ayer, la canciller alemana, Angela Merkel, señaló, antes de recibir al presidente francés, François Hollande en Berlín que ambos iban a hablar de cómo iban a recibir a su "colega", el primer ministro griego, Antonis Samarás, que hoy ha visitado la capital alemana y mañana viaja a París. Atenas ha pedido "tiempo" para cumplir con las reformas fiscales a que está obligada en virtud del rescate, pero Alemania se muestra reacia a hacer concesiones. Hoy, el dirigente griego ha insistido en la necesidad de una dilación de los plazos y Merkel ha señalado que su Gobierno espera de Grecia "que cumpla las promesas que hicieron y que las palabras se conviertan en hechos".
Cualquier decisión, sin embargo, tendrá que esperar. "Es importante que todos nos atengamos a nuestras obligaciones y que esperemos al informe de la troika para ver el resultado", señaló Merkel en un comunicado difundido ayer. Los representantes de los acreedores internacionales viajarán a Grecia en septiembre y se prevé que para octubre esté lista su evaluación. "Nosotros, y yo, animaremos a Grecia para que siga la senda de reformas, que exige mucho de la gente", añadió la mandataria alemana.
La debilidad de las principales áreas económicas del mundo sigue pesando en el ánimo de los inversores. Ayer se conocía que la actividad industrial y de servicios en la zona euro se contrajo por séptimo mes consecutivo, según el indicador PMI, lo cual, según Rob Dobson, economista de Markit Economics, la firma que elabora el dato, hace prever que en entre julio y septiembre el PIB del área podría caer entre un 0,5% y un 0,6% respecto al trimestre anterior.
En Estados Unidos se han conocido datos contradictorios sobre la reactivación económica. Ayer se supo que el número de nuevas peticiones de subsidios de paro aumentó en 4.000, hasta 372.000, en la semana que finalizó el 18 de agosto, cifra superior a lo esperado. Además, el Departamento de Comercio informó de que la venta de viviendas nuevas creció en julio un 3,6%, hasta una tasa anual de 372.000, superior a la esperada y la más alta desde abril de 2010.
Los inversores se mantienen a la expectativa de señales sobre próximas intervenciones de los bancos centrales para estimular el crecimiento económico. El miércoles se hicieron públicas las actas de la última reunión de política monetaria que mantuvo la Reserva Federal el 31 de julio y 1 de agosto, según las cuales, la institución que preside Ben Bernanke está dispuesta a actuar "pronto", "a menos que la información que se reciba próximamente refleje un fortalecimiento sustancial y sostenible del ritmo de la recuperación económica". El dato de empleo será crucial para el banco central estadounidense y, a pesar de una cierta reactivación en el mercado de trabajo, la tasa de paro en julio se situó en el 8,3%. Este parámetro se mantiene por encima del 8% desde febrero de 2009.
Los miembros del comité debatieron posibles instrumentos para introducir combustible monetario que estimule la actividad, como un nuevo programa de expansión cuantitativa (quantitative easing, en inglés), que sería el tercero (tras los lanzados en noviembre de 2008 y noviembre de 2010), y que consisten en compras ingentes de títulos de deuda en el mercado para liberar a las entidades financieras recursos que estas pueden destinar a conceder créditos
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