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La presión en los mercados cede al cierre ante la expectativa de un rescate
El Ibex recorta su caída y termina en 7.282,9 puntos, con un retroceso del 0,79%
La prima de riesgo acaba por debajo de los 500 puntos
La posibilidad de que España esté ya negociando las condiciones de un
rescate para aliviar la presión sobre el coste de financiación de su
deuda soberana ha irrumpido en la recta final de la jornada para moderar
la caída de las cotizaciones bursátiles y el alza de la prima de
riesgo.
Según informa la agencia Reuters citando tres fuentes anónimas, el Gobierno español está negociando las condiciones de la ayuda, aunque aún no ha tomado ninguna decisión. "Ahora mismo, la opción preferida, la que se está negociando activamente, es que el Fondo Europeo de Estabilidad Financiera (FEEF) compre bonos en el mecado primario que el Banco Central Europeo (BCE) lo haga en el secundario", asegura una de las fuentes a la citada agencia. El pasado 2 de agosto, el presidente del BCE, Mario Draghi, anunció que la institución estaría dispuesta a adquirir títulos de deuda soberana a corto plazo, siempre y cuando el país en cuestión pidiese previamente ayuda al fondo europeo de rescate y se sometiera a una condicionalidad "estricta y efectiva".
Tras una primera hora y media al alza, en la que el Ibex llegó a subir un 1,17%, hasta 7.427 puntos, la tendencia se ha invertido y el indicador ha entrado en números rojos. Por la tarde ha retrocedido un 2,23%, hasta tocar un mínimo en 7.176,9 puntos, aunque ha cerrado con una caída del 0,79% en 7.282,9 puntos.
En el mercado de deuda soberana, la prima de riesgo, exceso de rentabilidad que los inversores exigen al bono español a 10 años respecto a su equivalente alemán, también ha minorado su subida, que la ha llevado a 504 puntos básicos (5,04 puntos porcentuales), tras haber cerrado ayer en 481. Al cierre se colocaba en 496 puntos. El tipo de la deuda española a 10 años ha pasado del 6,274% de ayer a tocar un máximo del 6,447%, para acabar el día en el 6,346%. El diferencial italiano ha llegado hoy a los 434 puntos básicos, tras cerrar ayer en 419, para finalizar en 432.
La realidad de base, un entorno de debilidad económica mundial y una crisis de deuda soberana en Europa cuya resolución está aún lejos de vislumbrarse, se ha impuesto en los mercados durante toda la sesión.
Detrás del aumento de la presión sobre la deuda pública española e italiana se encuentran las dificultades de Grecia de cumplir sus compromisos con los acreedores internacionales que le concedieron en febrero un segundo rescate. El primer ministro griego, Antonis Samarás, ha pedido más tiempo —cuatro años en lugar de dos— para ejecutar el próximo programa de ajustes fiscales pendiente.
Pero el ministro de Finanzas alemán, Wolfgang Schäuble, ha replicado hoy en declaraciones difundidas por la radio alemana que "más tiempo no es una solución a los problemas". Ello signiifcaría "más dinero" y, ha añadido, las ayudas europeas a Grecia "han llegado al límite de lo económicamente viable".
Además, los datos de actividad económica conocidos hoy confirman la ralentización de China y la vulnerabilidad de la eurozona. La actividad industrial de la primera economía asiática podría estar contrayéndose con más intensidad este mes, según se desprende de la lectura preliminar del índice PMI de gestores de compras que elaboran HSBC y Markit Economics, un 47,8 frente al 49,3 de julio. Si se confirma, se trataría del menor registro desde noviembre y el décimo mes que este indicador no supera el 50, nivel que marca la frontera entre la expansión y la contracción.
Según se ha conocido en las últimas semanas, las exportaciones chinas crecieron solo un 1% en julio respecto al mismo mes del año anterior, frente al 11,3% de junio, y los últimos datos de producción industrial también han sido decepcionantes.
Igualmente, el índice PMI de servicios e industrial en la zona euro se contrajo por séptimo mes consecutivo en agosto, lo que supone que la actividad económica se encuentra estancada en medio de una crisis fiscal sin precedentes. El indicador marcó una nota preliminar de 46,6 en agosto, frente a 46,5 en julio, en línea con lo previsto.
Las Bolsas europeas han iniciado la jornada con leves alzas, estimuladas por la expectativa de que los bancos centrales de Estados Unidos y China preparan medidas monetarias para estimular la primera y segunda economías del mundo. Pero a medida que avanzaba la sesión, sin embargo, las plazas europeas han ido perdiendo fuelle. Tan solo Londres ha logrado cerrar en verde, con un avance del 0,04%. París ha cedido un 0,84%, Fráncfort se ha dejado un 0,84% y Milán ha caído un 1,37%.
Ayer se hicieron públicas las actas de la última reunión de política monetaria que mantuvo la Reserva Federal el 31 de julio y 1 de agosto, según las cuales, la institución que preside Ben Bernanke está dispuesta a actuar "pronto": "Muchos miembros consideraron que una mayor relajación monetaria estará justificada bastante pronto, a menos que la información que se reciba próximamente refleje un fortalecimiento sustancial y sostenible del ritmo de la recuperación económica", recoge el documento del Comité Federal de Mercado Abierto, el órgano encargado de dictar la política monetaria en Estados Unidos.
Los miembros del comité debatieron posibles instrumentos para introducir combustible monetario que estimule la actividad, como un nuevo programa de expansión cuantitativa (quantitative easing, en inglés), que sería el tercero (tras los lanzados en noviembre de 2008 y noviembre de 2010), y que consisten en compras ingentes de títulos de deuda en el mercado para liberar a las entidades financieras recursos que estas pueden destinar a conceder créditos. "Muchos participantes", señalan las actas, "creían que un programa de ese tipo podría dar un estímulo adicional a la recuperación económica por la doble vía de aliviar la presión sobre los tipos a largo plazo y contribuyendo a relajar las condiciones de financiación de forma más amplia".
También ayer, el gobernador del Banco Popular de China, Zhou Xiaochuan, indicó que no se pueden descartar nuevos ajustes en los tipos de interés y en los niveles obligatorios de reservas que deben mantener los bancos, como medidas para estimular el crédito en la segunda economía del mundo. Este requisito se rebajó hasta el 20% el pasado mayo.
Los mercados siguen atentos la agenda de encuentros entre líderes europeos, aunque ayer la canciller alemana Angela Merkel aguó la expectativa de un pronto desbloqueo del tramo de ayuda pendiente de desembolsar a Grecia en el marco del segundo rescate de 130.000 millones de euros aprobado hace unos meses. Atenas debe practicar ajustes fiscales por importe de unos 11.600 millones de euros (podría llegar a 13.500, según el Financial Times).
El primer ministro griego, Antonis Samarás, viaja mañana a Berlín pero Merkel ya avisó ayer que no se tomará ninguna decisión hasta que no se conozca en octubre el informe de la troika (Comisión Europea, Fondo Monetario Internacional y Banco Central Europeo), cuyos representantes evaluarán la situación sobre el terreno el próximo mes. Hoy, la mandataria alemana se reúne con el presidente francés, François Hollande en Berlín, y mañana con el primer ministro griego.
Ayer, Samarás recibió en Atenas a Jean-Claude Juncker, presidente del Eurogrupo (países que comparten la divisa europea), que ayer declaró que "la pelota está en el tejado de Grecia". El sábado, el líder griego viajará a París.
Según informa la agencia Reuters citando tres fuentes anónimas, el Gobierno español está negociando las condiciones de la ayuda, aunque aún no ha tomado ninguna decisión. "Ahora mismo, la opción preferida, la que se está negociando activamente, es que el Fondo Europeo de Estabilidad Financiera (FEEF) compre bonos en el mecado primario que el Banco Central Europeo (BCE) lo haga en el secundario", asegura una de las fuentes a la citada agencia. El pasado 2 de agosto, el presidente del BCE, Mario Draghi, anunció que la institución estaría dispuesta a adquirir títulos de deuda soberana a corto plazo, siempre y cuando el país en cuestión pidiese previamente ayuda al fondo europeo de rescate y se sometiera a una condicionalidad "estricta y efectiva".
Tras una primera hora y media al alza, en la que el Ibex llegó a subir un 1,17%, hasta 7.427 puntos, la tendencia se ha invertido y el indicador ha entrado en números rojos. Por la tarde ha retrocedido un 2,23%, hasta tocar un mínimo en 7.176,9 puntos, aunque ha cerrado con una caída del 0,79% en 7.282,9 puntos.
En el mercado de deuda soberana, la prima de riesgo, exceso de rentabilidad que los inversores exigen al bono español a 10 años respecto a su equivalente alemán, también ha minorado su subida, que la ha llevado a 504 puntos básicos (5,04 puntos porcentuales), tras haber cerrado ayer en 481. Al cierre se colocaba en 496 puntos. El tipo de la deuda española a 10 años ha pasado del 6,274% de ayer a tocar un máximo del 6,447%, para acabar el día en el 6,346%. El diferencial italiano ha llegado hoy a los 434 puntos básicos, tras cerrar ayer en 419, para finalizar en 432.
La realidad de base, un entorno de debilidad económica mundial y una crisis de deuda soberana en Europa cuya resolución está aún lejos de vislumbrarse, se ha impuesto en los mercados durante toda la sesión.
Detrás del aumento de la presión sobre la deuda pública española e italiana se encuentran las dificultades de Grecia de cumplir sus compromisos con los acreedores internacionales que le concedieron en febrero un segundo rescate. El primer ministro griego, Antonis Samarás, ha pedido más tiempo —cuatro años en lugar de dos— para ejecutar el próximo programa de ajustes fiscales pendiente.
Pero el ministro de Finanzas alemán, Wolfgang Schäuble, ha replicado hoy en declaraciones difundidas por la radio alemana que "más tiempo no es una solución a los problemas". Ello signiifcaría "más dinero" y, ha añadido, las ayudas europeas a Grecia "han llegado al límite de lo económicamente viable".
Además, los datos de actividad económica conocidos hoy confirman la ralentización de China y la vulnerabilidad de la eurozona. La actividad industrial de la primera economía asiática podría estar contrayéndose con más intensidad este mes, según se desprende de la lectura preliminar del índice PMI de gestores de compras que elaboran HSBC y Markit Economics, un 47,8 frente al 49,3 de julio. Si se confirma, se trataría del menor registro desde noviembre y el décimo mes que este indicador no supera el 50, nivel que marca la frontera entre la expansión y la contracción.
Según se ha conocido en las últimas semanas, las exportaciones chinas crecieron solo un 1% en julio respecto al mismo mes del año anterior, frente al 11,3% de junio, y los últimos datos de producción industrial también han sido decepcionantes.
Igualmente, el índice PMI de servicios e industrial en la zona euro se contrajo por séptimo mes consecutivo en agosto, lo que supone que la actividad económica se encuentra estancada en medio de una crisis fiscal sin precedentes. El indicador marcó una nota preliminar de 46,6 en agosto, frente a 46,5 en julio, en línea con lo previsto.
Las Bolsas europeas han iniciado la jornada con leves alzas, estimuladas por la expectativa de que los bancos centrales de Estados Unidos y China preparan medidas monetarias para estimular la primera y segunda economías del mundo. Pero a medida que avanzaba la sesión, sin embargo, las plazas europeas han ido perdiendo fuelle. Tan solo Londres ha logrado cerrar en verde, con un avance del 0,04%. París ha cedido un 0,84%, Fráncfort se ha dejado un 0,84% y Milán ha caído un 1,37%.
Ayer se hicieron públicas las actas de la última reunión de política monetaria que mantuvo la Reserva Federal el 31 de julio y 1 de agosto, según las cuales, la institución que preside Ben Bernanke está dispuesta a actuar "pronto": "Muchos miembros consideraron que una mayor relajación monetaria estará justificada bastante pronto, a menos que la información que se reciba próximamente refleje un fortalecimiento sustancial y sostenible del ritmo de la recuperación económica", recoge el documento del Comité Federal de Mercado Abierto, el órgano encargado de dictar la política monetaria en Estados Unidos.
Los miembros del comité debatieron posibles instrumentos para introducir combustible monetario que estimule la actividad, como un nuevo programa de expansión cuantitativa (quantitative easing, en inglés), que sería el tercero (tras los lanzados en noviembre de 2008 y noviembre de 2010), y que consisten en compras ingentes de títulos de deuda en el mercado para liberar a las entidades financieras recursos que estas pueden destinar a conceder créditos. "Muchos participantes", señalan las actas, "creían que un programa de ese tipo podría dar un estímulo adicional a la recuperación económica por la doble vía de aliviar la presión sobre los tipos a largo plazo y contribuyendo a relajar las condiciones de financiación de forma más amplia".
También ayer, el gobernador del Banco Popular de China, Zhou Xiaochuan, indicó que no se pueden descartar nuevos ajustes en los tipos de interés y en los niveles obligatorios de reservas que deben mantener los bancos, como medidas para estimular el crédito en la segunda economía del mundo. Este requisito se rebajó hasta el 20% el pasado mayo.
Los mercados siguen atentos la agenda de encuentros entre líderes europeos, aunque ayer la canciller alemana Angela Merkel aguó la expectativa de un pronto desbloqueo del tramo de ayuda pendiente de desembolsar a Grecia en el marco del segundo rescate de 130.000 millones de euros aprobado hace unos meses. Atenas debe practicar ajustes fiscales por importe de unos 11.600 millones de euros (podría llegar a 13.500, según el Financial Times).
El primer ministro griego, Antonis Samarás, viaja mañana a Berlín pero Merkel ya avisó ayer que no se tomará ninguna decisión hasta que no se conozca en octubre el informe de la troika (Comisión Europea, Fondo Monetario Internacional y Banco Central Europeo), cuyos representantes evaluarán la situación sobre el terreno el próximo mes. Hoy, la mandataria alemana se reúne con el presidente francés, François Hollande en Berlín, y mañana con el primer ministro griego.
Ayer, Samarás recibió en Atenas a Jean-Claude Juncker, presidente del Eurogrupo (países que comparten la divisa europea), que ayer declaró que "la pelota está en el tejado de Grecia". El sábado, el líder griego viajará a París.
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