El dinero pierde miedo al riesgo
Los flujos de capitales hacia los países emergentes se disparan en la segunda mitad de 2012
China cobra un creciente protagonismo como inversor en los mercados internacionales
ALICIA GONZÁLEZ Davos (Suiza) 22 ENE 2013 - 13:01 CET5
Los inversores han dejado de tener tanta aversión al riesgo y, confiados en que no habrá ruptura inmediata del euro y en que Estados Unidos ha evitado el precipicio fiscal, están dispuestos a hacer cambios en sus carteras para obtener mayor rendimiento y una de sus principales apuestas son los valores de economías emergentes. Desde mediados de 2012, la inversión en los países emergentes se ha disparado hasta alcanzar los 1,08 billones de dólares, según datos del Instituto de Finanzas Internacionales (IIF, por sus siglas en inglés) presentados esta mañana en Zurich. Aunque la cifra representa una ligera disminución respecto a los datos de 2011, refleja la fuerte recuperación de la confianza en los valores emergentes. Una tendencia que el IIF cree que se agudizará en 2013 pero que no está exenta de riesgos.
El Instituto, que agrupa a los principales bancos privados del mundo, cree que el nuevo repunte de flujos de capital hacia los países emergentes amenaza con crear un nuevo ciclo de burbujas de activos y de explosión de precios en algunos países, lo que significaría que hemos aprendido poco de la reciente crisis. Todo ello favorecido por la ultra-laxa política monetaria de los países desarrollados que puede provocar una seria perturbación en estos mercados cuando esta política empiece a cambiar y suban los tipos de interés. Pese a todo, los flujos de inversión en países emergentes se sitúan aún casi un 10% por debajo de los niveles alcanzados en 2007 dado que las inversiones del sector financiero aún no se han recuperado. “Esta relativa debilidad de los flujos bancarios es un recordatorio del daño que la crisis financiera global ha hecho a los intermediarios financieros de los países industrializados”, recalca el informe.
Son muchas las señales que apuntan en ese creciente apetito por el riesgo. El franco suizo, que ha actuado como moneda refugio en estos años, ha caído por debajo del nivel que el banco central del país se había marcado como objetivo. Y el índice VIX de volatilidad del mercado, referencia para medir el miedo de los inversores está de nuevo en niveles de principios de 2007.
El informe destaca, asimismo, el creciente papel de los países emergentes en la financiación de otros emergentes y recuerda el caso de Egipto, que ha sido capaz de mantener el nivel de sus reservas internacionales en ausencia de un programa con el Fondo Monetario Internacional (FMI) gracias al apoyo de los países del Golfo. Como no podía ser de otra forma, es China quien cobra un protagonismo especial en esta tendencia. “China recibe el 40% de todos los flujos de inversión dirigidos a las 30 principales economías emergentes. Pero las inversiones de China en el exterior son aún mayores y se han convertido en un factor importante del sistema financiero global. El papel de las inversiones y la financiación china en la economía global probablemente ganará más importancia en los próximos años, lo que tendrá importantes consecuencias tanto para las economías maduras como para las emergentes”, recalca el informe.
El total de las inversiones china en activos extranjeros, sin embargo, disminuye de 572.100 millones en 2011 a 498.600 millones en 2012 y, previsiblemente, unos 488.100 millones en 2013. Y lo hace porque, mientras aumentan sus inversiones en activos en el exterior y la financiación que ofrece a empresas privadas, el ritmo de incremento de reservas internacionales va disminuyendo a toda velocidad. En 2011, estas reservas alcanzaban los 387.800 millones de dólares, este año apenas rondarán los 80.900 millones de euros. Por el contrario, la financiación prestada a empresas y compras de activos por residentes chinos ha pasado de 182.600 millones en 2011 a 407.200 millones en 2013. Ese cambio ha sido posible, en buena medida, gracias a la política del gobierno de Pekín de promocionar la acción global de china, que ha conllevado menores restricciones en los movimientos de capitales por parte de ciudadanos y empresas chinas
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