El milagro turístico se repite
Este año visitarán España 58 millones de extranjeros, que compensarán la atonía nacional
“En 2013 esperamos dejar la recesión en el sector turístico”. Son palabras de Juan Molas, presidente de la Confederación Española de Hoteles y Alojamientos Turísticos (CEHAT), que, entre sensaciones y esperanzas, presentaba el jueves las mejoradas expectativas del sector, ya entrada la temporada alta, después de “un mes de mayo bueno y un mes de junio bueno o muy bueno”. En estos dos últimos meses las expectativas de los empresarios han cambiado de forma radical. Y si hasta la pasada Semana Santa sus previsiones eran muy pesimistas, hoy casi nadie duda de que este verano va a ser mejor que el pasado para los destinos turísticos españoles.
La afluencia de visitantes extranjeros tiene mucho que ver con el cambio de impresiones del sector, aupada, además, por los conflictos que viven países que compiten directamente con España por la tarta vacacional, como Turquía y Egipto, que desviarán a alemanes y rusos hacia territorio nacional. Ambos factores (ya conocidos por repetidos en los últimos años) marcarán el nuevo milagro de 2013 de la primera industria nacional, como ya lleva ocurriendo desde 2010, tras el virulento comienzo de la crisis actual en los mercados internacionales, que acabó con el récord histórico de visitantes de 2007: 58,6 millones de turistas. Una cifra que puede pulverizarse este año, tras la llegada de 57,7 millones de extranjeros el pasado (que es el segundo mejor registro de la serie estadística oficial) y el aumento del 7,4% registrado hasta el mes de mayo.
Ingleses, alemanes, franceses y, muy especialmente, rusos y residentes en los países nórdicos (cuyas visitas a España han aumentado un 30,8% y un 13,8%, respectivamente, entre enero y mayo) son la cara alegre del turismo, con ocupaciones del 80% para julio, según Rafael Gallego, presidente de la Confederación Española de Agencias de Viajes (CEAV).
“El consumidor ha cambiado de hábitos con la crisis. Ahora hace escapadas más cortas y frecuentes, y solo el 10% sale del país”, explica Gallego.Sin embargo, por tercer año consecutivo, los españoles somos la cara triste de la industria. La crisis ha recortado el presupuesto para viajes y el paro ha provocado que muchos ciudadanos se queden sin vacaciones. 2012 cerró con un descenso del 1,2% en el número de viajes, y las cifras provisionales del Ministerio de Industria, Energía y Turismo (que no ha tenido tiempo en una semana para responder a este periódico) arrojan un descenso del 3,3% hasta mayo.
Además, uno de los principales problemas a los que se enfrentan los empresarios del sector es que los españoles cada vez deciden más tarde sus vacaciones, acostumbrados a unos hoteleros, líneas aéreas y agencias de viajes que optan por las ofertas de última hora para llenar sus plazas, en una guerra de precios que se ha convertido en casi permanente y que ha transformado las ofertas de última hora en ofertas desde el primer momento, añade el presidente de la CEAV.
La CEHAT cree que el turismo español se va a concentrar más si cabe en este mes y el que viene, aumentando la estacionalidad del sector.Las estimaciones de los expertos consultados apuntan hacia un mantenimiento o un crecimiento de poco más del 1% en los viajes de los españoles, sobre todo dentro del país, que es exactamente lo que están pidiendo los hoteleros a los ciudadanos, que pasen sus vacaciones en España. Algo por lo que, según confirma Pablo de Porcioles, director de desarrollo de negocio de eDreams, los españoles ya se están decantando, pues este verano sus 10 destinos preferidos para veranear, son todos nacionales.
Al final, “rusos, escandinavos, alemanes y británicos suplirán al turista nacional, y esta temporada veremos mejores ocupaciones que en 2012 y también mejores precios. Salvo en el turismo urbano”, sostiene Gabriel Escarrer, consejero delegado de Meliá Hotels International, la primera cadena hotelera española, que anuncia una buena temporada turística, igual que Simón Pedro Barceló, copresidente del Grupo Barceló.
Por el momento, y tras un incremento de las reservas de sol y playa en las últimas semanas, Juan Molas explica que “las costas que han superado el 80% de ocupación en junio y tienen previsión de rebasar el 86% en julio son la Costa Dorada, Benidorm (que llega hasta el 90%), el área de Torremolinos-Benalmádena, Baleares y Canarias”.Baleares, Canarias, la costa de Levante, la Costa del Sol y la Costa Brava colocarán el cartel de completo este verano gracias a lo que José Luis Zoreda, director general del lobbyturístico Exceltur, llama “aluvión de demanda extranjera”. Para Pablo Hurtado, socio de Deloitte, en los destinos de mayor demanda, las ocupaciones superarán el 90% en julio y agosto. Las zonas que dependen del cliente español, como la cornisa Cantábrica o las de turismo interior, tienen el riesgo de que la demanda no acabe de repuntar y probablemente bajarán los precios por ello, continúa Zoreda, como el pasado verano. En estas zonas Hurtado estima que la ocupación oscilará entre el 70% y el 80%.
En lo que va de año, según el presidente de la CEHAT, Cataluña, Baleares y la Comunidad Valenciana crecen entre ocho y tres puntos sobre el año anterior, como también ha aumentado cerca de un 1% el tráfico aéreo y un 2% la disponibilidad de plazas. Por ciudades, Barcelona, aun con 6.000 plazas nuevas en 2013, sube un 0,7% este verano; Valencia, un 8%, y Málaga, Bilbao y San Sebastián tienen buenas expectativas. Sobre el resto de las capitales pesa una gran incertidumbre para este verano, especialmente en Madrid.
Pese a la incógnita sobre las reservas de último minuto, lo cierto es que los empresarios tienen argumentos para mostrarse optimistas, porque no solo han aumentado las ocupaciones sobre el año anterior, sino que también lo ha hecho el gasto turístico, impulsado por unos clientes extranjeros que cada vez tienen mayor poder adquisitivo, explica Hurtado, principalmente en el caso de ingleses y alemanes. Y de unos visitantes rusos y nórdicos, cuyo nivel de consumo supera el de los europeos más fieles a España. Hasta mayo, el gasto de los extranjeros creció un 7,9%, un porcentaje muy elevado, que a final de año se quedará en el 2,5%, en opinión de Molas.
El gasto turístico puede acabar el año con un crecimiento del 5%, considera Simón Pedro Barceló, lo que permitirá un incremento en la rentabilidad de ese 5% en el caso de los grupos turísticos que no solo viven del consumidor español, como el que representa. “Es un paso adelante importante para la industria”, sostiene, en la creencia de que las empresas dependientes del turismo doméstico, “lo pasarán mal”.El presidente de la patronal hotelera, que reconoce como el resto de los empresarios del sector que el hándicap de esta industria es la alicaída rentabilidad, sometida a años de guerras de precios y subidas impositivas, piensa que si esta temporada se consiguen buenas ocupaciones hasta el mes de octubre, podría empezar a recuperarse.
Barceló cree que la desaparición de dos grandes empresas del sector en dos años, como son Marsans y Orizonia, es una clara muestra de las dificultades que atraviesa el negocio, aunque, en su opinión, estas caídas cierran la reestructuración turística. “Con la crisis, el número de agencias de viajes se ha reducido a la mitad, de 14.000 a 7.000 puntos de venta”. Algo que el grupo mallorquín ha aprovechado para ganar tamaño en la actividad, pues finalmente se ha adjudicado las agencias Vibo, antes de Orizonia.De hecho, Exceltur y Deloitte esperaban que, a la sonada caída protagonizada por Orizonia, que el sector ha acabado de digerir en mayo justo antes de la temporada alta, se sumasen nuevas quiebras o concursos empresariales durante este año. Los endeudados grupos hoteleros urbanos, véase AC Hoteles, Silken, Husa, o los que tienen en propiedad grupos inmobiliarios en concurso de acreedores, como Rafael Hoteles, que atraviesan una situación muy complicada, aparecían en unas quinielas que la temporada alta veraniega ha retrasado. “Los empresarios están intentando aguantar por lo menos el verano”, asegura Luis Zoreda, a sabiendas de la gran cantidad de hoteles que tienen el cartel de se vende colgado, pero “que nadie quiere”.
Tanto Deloitte como PwC aseguran que hay inversores en el mercado interesados por cadenas y establecimientos españoles, aunque todavía no han cerrado la compra de ningún hotel emblemático.Aunque Barceló opine que los hoteles nunca desaparecen, Gabriel Escarrer es partidario de que la consolidación que se ha vivido entre las agencias de viajes llegue a las cadenas hoteleras, “que el mercado se limpie de los operadores más ineficientes que los bancos están sosteniendo” artificialmente en vez de traspasar sus adjudicados a grupos turísticos que los sepan gestionar y volver a rentabilizar, opina. “Muchas empresas del sector están en mala situación. Los bancos las están manteniendo, no las dejan caer si consiguen pagar los intereses de la deuda. Algunas ya han hecho los deberes, vendiendo activos y refinanciando sus créditos, pero otras muchas no. Dependen de lo que aguanten los bancos”, señala Hurtado. “Las entidades financieras están manteniendo al enfermo en la UVI”, afirma.
Mejores y peores
Las zonas preferidas por el turista internacional serán las que se llenen este verano. Con Baleares a la cabeza (no solo Mallorca, como el año pasado) y Barcelona como ciudad predilecta un verano más. Pese al aumento de plazas hoteleras, la capital sigue creciendo en visitantes y en precios.
El turismo de sol y playa es la cara buena de la moneda. Las ciudades como Madrid, que pierde turistas; las zonas de interior y el turismo rural se llevarán la peor parte, por ser más dependientes de los viajes de los españoles.
Las agencias de viajes pierden cuota de mercado, igual que los turoperadores, en unas vacaciones que el cliente prefiere reservar directamente.
Los cruceros, producto estrella de estos últimos años de crisis por tener un precio cerrado y ser económicos, crecerán menos este verano por la gran oferta existente.
Los españoles acortarán sus vacaciones para poder permitírselas y las disfrutarán fundamentalmente dentro del país y, preferiblemente, por un presupuesto inferior al del año pasado.
Las ofertas de última hora solo serán interesantes en los destinos cuyas plazas no consigan llenar los nacionales. En el resto de las zonas, los empresarios no aconsejan esperar al final.
Las casas de familiares y amigos serán menos usadas que el pasado año, según los expertos, que también creen lo mismo respecto a los paquetes turísticos, que llevan tiempo cediendo cuota de mercado, aunque en lo que va de año la patronal hotelera dice que han crecido tres puntos.
Mientras esto sucede, los empresarios que tienen diversificada su oferta entre turistas nacionales y extranjeros trabajan en captar visitantes en nuevos caladeros. Rusia y las ex repúblicas soviéticas son su principal objetivo, dado que se trata de unos turistas que en el 70% de los casos son de gasto medio-alto, disfrutan de unas estancias medias más prolongadas (entre casi 9 y 15 noches) y van a hoteles en el 84% de las ocasiones, explica el presidente de la CEHAT, quien destaca, además, que si en el año 2000 solo cinco millones de viajeros rusos salían fuera de su país, hoy esta cifra ha pasado a 15 millones, de los cuales 1,2 se decantan por viajar a España.
Bien lo sabe Meliá Hotels, que el pasado verano estrenó el reconvertido complejo de sol y playa Calviá Beach (cerca de Palma de Mallorca) con gran éxito de público y precios, principalmente animados por clientes rusos y otros extranjeros de elevado poder adquisitivo. “El proyecto ha superado nuestras expectativas y este verano se va a consolidar”, mantiene Escarrer, que da fe del éxito de la regeneración de un entorno de sol y playa obsoleto, con la introducción de una oferta novedosa de calidad, anunciando un nuevo proyecto de este tipo. “Creemos en el apoyo a los destinos de sol y playa maduros y queremos extrapolar el modelo a Ibiza”.
Meliá se ha aliado al 50% con un inversor británico para reconvertir uno de sus hoteles ibicencos, elevándolo a la categoría de cinco estrellas, tras una inversión de nueve o diez millones de euros, según el consejero delegado de la cadena. Para ello ha llegado a un acuerdo con el exclusivo club de playa Nikki Beach, a quien ya atrajera en Mallorca, para que lleve al complejo de Santa Eulalia, que inaugurará el próximo verano, a sus ricos socios.
Y es que, como se repite permanentemente en el sector, si España quiere seguir manteniéndose como segundo destino del mundo por ingresos, debe recuperar la oferta de sol y playa tradicional, dándole nuevos atractivos o experiencias para que el cliente repita. “El modelo de transformación de la marca turística de España pasa por este tipo de reconversiones”, zanja Escarrer.
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