jeudi 14 février 2013


Bruselas estima que España podría recaudar 5.000 millones con la tasa Tobin

Podría recaudar hasta 35.000 millones de euros al año en los 11 países se han puesto de acuerdo

El comisario europeo de Fiscalidad, Algirdas Semeta. / JULIEN WARNAND (EFE)
Paso a paso, el impuesto que hace cuatro décadas ideó el economistaJames Tobin va camino de convertirse en realidad en Europa. Ya no se trata de una tasa Robin Hood en la que los bancos financien la ayuda contra la pobreza en el tercer mundo, como llevan años reclamando los movimientos antiglobalización, sino un mecanismo para que el sector financiero contribuya a sanear unas arcas públicas que sus excesos han dejado vacías. Después de que los Gobiernos de la UE dieran el visto bueno a que un grupo de socios avanzaran solos hacia un gravamen a las operaciones financieras, la Comisión Europea presentó este jueves su propuesta. Según estimaciones muy aproximadas de los técnicos de Bruselas, la tasa Tobin podría recaudar unos 30.000 o 35.000 millones de euros al año en los 11 países se han puesto de acuerdo. De esta cantidad, a España le corresponderían 4.000 o 5.000 millones, según cálculos hechos en función del peso en el PIB de cada país en la UE.
El texto presentado por la Comisión se parece mucho a la propuesta de hace año y medio. Solo ha habido que adaptar una medida en principio pensada para los 27 socios, y que ahora va a impulsar un bloque que supone dos tercios del PIB de la UE. Además de España, Alemania, Francia, Italia, Portugal, Bélgica, Austria, Grecia, Eslovenia, Eslovaquia y Estonia quieren poner en marcha a principios del próximo año un impuesto de un 0,1% para las compras de acciones y bonos y de un 0,01% para las operaciones con derivados.

Como ya es tradicional, Reino Unido, deseoso de mantener intacta su City, se ha convertido en el mayor enemigo de la tasa Tobin. “Un impuesto unilateral de transacciones financieras impactará en el crecimiento de los países que lo adopten. Por ello, Reino Unido tenía razón al no participar en este proyecto”, comentaban fuentes gubernamentales británicas.Además de algunos cambios técnicos, Bruselas afina ahora el tiro para asegurarse de que ninguna operación financiera vinculada a algún país de la zona Tobin se libre. El objetivo es evitar que las entidades más reacias a pagar domicilien sus operaciones en la City londinense. Para ello la Comisión quiere que si alguna de las dos partes —el comprador o el vendedor— está radicada en un país que haya aprobado el impuesto, sea obligatorio gravar la operación, independientemente de dónde de produzca. Así, razonan en la Comisión, el peligro de deslocalización solo asomará si los bancos o aseguradoras están dispuestos a abandonar a sus clientes de países tan grandes y poderosos como Alemania o Francia.

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