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“Me sorprende oír hablar en España de rescates o fugas de depósitos”
El consejero del Banco Central Europeo cree que hay que federalizar las finanzas públicas y el sistema bancario antes de poner en marcha los eurobonos
Luis Doncel
Fráncfort
26 MAY 2012 - 23:14 CET103
José Manuel González-Páramo (1958, Madrid) dedica sus últimos días
como consejero del Banco Central Europeo (BCE) a recoger libros de su
despacho y a analizar la crisis que amenaza con romper la eurozona.
Desde la planta 53 de la torre del BCE, pide a España que continúe con
su agenda de reformas y niega que el eurobanco deba intervenir para
apagar el incendio en los mercados.
Pregunta. El ministro Guindos dijo que España ya ha hecho todo lo que podía y que ahora hace falta la cooperación europea. ¿Está de acuerdo?
Respuesta. El futuro de España está en sus manos. Este Gobierno ha hecho más en menos tiempo que cualquier otro, pero hay que perseverar. Las reformas laboral y financiera van en buena dirección. En materia presupuestaria se ha hecho mucho, pero ante la magnitud del desajuste hace falta tiempo para recuperar la reputación de disciplina.
P. ¿Es necesario recortar más?
R. Las comunidades no pueden ser de forma sistemática una fuente de sorpresas. No me cabe duda de que el Gobierno cumplirá el objetivo del déficit del 5,3%, pero tiene que convencer a los observadores externos, que se preguntan si las medidas funcionan.
P. La situación de España es peor que nunca. ¿Qué le queda en la recámara al BCE, el único actor con fuerza para revertir la situación?
R. Los países con prima de riesgo baja tienen unas finanzas públicas en equilibrio, un sistema bancario estable y mercados de trabajo y de productos relativamente flexibles. Esto no tiene nada que ver con el BCE. Es responsabilidad de los Gobiernos. El BCE ha de aplicar una política monetaria para toda la zona del euro, no trajes a medida para algunos países. Debe proporcionar liquidez y financiación a bancos solventes, no intervenir cuando la prima se dispara.
P. España ha hecho todo lo que se pedía, pero los mercados le castigan cada vez más.
R. La situación crítica de España no ha nacido de un día para otro, y por lo tanto el mercado tampoco va a cambiar su posición de un día para otro. Son procesos lentos, que comprendo que pueden ser desesperantes. Hay que ser extremadamente diligente en la aplicación de estas medidas para recuperar la credibilidad.
P. Hace tres meses usted decía que la inyección de liquidez a la banca restauró la calma. ¿Convendría repetirla?
R. Una misma medida no tiene por qué servir en distintas situaciones. Las operaciones a tres años trataban de impedir el desplome del crédito. Los bancos ahora tienen garantizada su financiación hasta 2013. Entramos en otra fase del juego. Las tensiones actuales se deben a la inestabilidad política en Grecia y a los riesgos a la baja para el crecimiento.
P. Cada vez parece más cercana la posibilidad de que España acuda al fondo de rescate para recapitalizar su banca. ¿Está el BCE preparado por si ocurre? ¿Temen una fuga de depósitos?
R. Todo sigue bajo control de las autoridades españolas. No tengo constancia de que haya habido fugas de depósitos. El Gobierno español, con acierto, decidió complementar las valoraciones públicas de los activos del sistema bancario con otras externas. Hasta que no las conozcamos no se sabrá si hay más necesidades de capital ni de dónde saldrán. El debate sobre rescates o fugas de depósitos son ruidos que se escuchan en otras plazas financieras, pero me sorprende oírlo en España.
P. ¿Por qué el BCE ha decidido valorar las carteras de los bancos españoles? ¿No supone un riesgo?
R. No es la primera vez que el BCE asesora a Gobiernos en la valoración de activos. Ya lo hizo con la EBA en los stress tests. El Gobierno español ha invitado al eurosistema a contribuir; y en esta casa existen las cualificaciones necesarias para ello.
P. ¿Se parecen las medidas de estímulo que reclama Hollande a las peticiones de Draghi?
R. El pacto por el crecimiento no se puede limitar al gasto público. Cuando se identifica crecimiento con menos ajuste fiscal o más gasto se yerra el tiro.
P. Hollande y Merkel chocan por los eurobonos. ¿Qué opina?
R. No puede haber bonos federales cuando no hay una federación. Solo después de establecer las instituciones para federalizar las finanzas públicas y el sistema bancario tendrá sentido hablar de eurobonos. Hacerlo al revés sería poner antes el carro que los bueyes. A título personal, estoy convencido de que veré los eurobonos, pero también que no será mañana.
P. ¿No existe el riesgo de que sea demasiado tarde?
R. No lo creo. Si Europa hace lo que ha decidido con sentido de urgencia.
P. Grecia puede salir del euro tras las próximas elecciones. El gobernador del Banco de Bélgica y miembro del BCE, Luc Coene, mencionó la posibilidad de un “divorcio amistoso”. ¿No es peligroso que desde el BCE salgan estos mensajes?
R. El BCE ha hablado con una sola voz. Y esa voz ha dicho en nombre del Consejo de Gobierno que tenemos una preferencia absoluta porque Grecia se mantenga como miembro del euro.
P. ¿No hay planes preparados por si ocurre lo contrario?
R. Estamos trabajando en el escenario único que entendemos. No está prevista la salida. Es lo que conviene a todos, y además es lo que quiere la mayoría de los griegos.
P. Los sondeos dan vencedor a un partido que defiende seguir en el euro modificando sustancialmente las condiciones del rescate.
R. Hay un conjunto de reformas que el Gobierno griego asumió, al menos en dos ocasiones. Y para ejecutar esa reforma recibió la ayuda financiera muy sustancial de la UE y el FMI. Darse cuenta de esto dará lugar al mejor escenario posible.
P. El ministro alemán de Finanzas, Wolfang Schäuble, dijo que estaría cómodo con una inflación del 3%. ¿Hace falta revisar los estatutos del BCE, centrados en el control de la inflación?
R. El BCE tiene el mejor de los estatutos posibles y por tanto “si no está roto, no lo arregles”. Si se pasara de un objetivo del 2% al 3%, perderíamos de un plumazo los beneficios de tener ancladas las expectativas, lo que no ayudaría a la estabilidad.
P. Su nombre ha sonado como futuro gobernador del Banco de España.
R. No me corresponde comentar rumores. Siempre he sido un profesional independiente y es el camino que seguiré transitando.
P. ¿Qué le parecen las críticas al Banco de España del propio Gobierno? ¿No son piedras contra nuestro tejado?
R. El Banco de España siempre ha sido una institución con el mayor respeto internacional. Nada ha cambiado en este sentido. Que esté en la lucha política solo puede tener consecuencias negativas, no para el país en abstracto, sino para todos los ciudadanos y el sistema bancario.
P. ¿Considera entonces injustas estas críticas?
R. Le transmito lo que vemos desde Fráncfort: que el Banco de España ha sido y es una de las instituciones con mayor competencia técnica y profesional del sistema europeo de bancos centrales.
P. El próximo 31 de mayo concluye su mandato de ocho años. ¿Qué lecciones saca el BCE de estos cinco años de crisis?
R. La crisis ha demostrado que tenemos una institución capaz de reaccionar rápidamente en momentos muy difíciles; y con unos estatutos adecuados. También que cuando el sistema financiero está en dificultades extremas, es necesario poner en marcha medidas no convencionales, que se deben desmantelar cuando las condiciones se normalizan. Y como observadores, hemos aprendido que las instituciones europeas eran débiles. La gobernanza se edificó sobre un pacto de crecimiento con muy poca capacidad de cambiar el comportamiento de los países. Hoy asistimos a un proceso acelerado de reconstrucción de la gobernanza del euro.
Pregunta. El ministro Guindos dijo que España ya ha hecho todo lo que podía y que ahora hace falta la cooperación europea. ¿Está de acuerdo?
Respuesta. El futuro de España está en sus manos. Este Gobierno ha hecho más en menos tiempo que cualquier otro, pero hay que perseverar. Las reformas laboral y financiera van en buena dirección. En materia presupuestaria se ha hecho mucho, pero ante la magnitud del desajuste hace falta tiempo para recuperar la reputación de disciplina.
P. ¿Es necesario recortar más?
R. Las comunidades no pueden ser de forma sistemática una fuente de sorpresas. No me cabe duda de que el Gobierno cumplirá el objetivo del déficit del 5,3%, pero tiene que convencer a los observadores externos, que se preguntan si las medidas funcionan.
P. La situación de España es peor que nunca. ¿Qué le queda en la recámara al BCE, el único actor con fuerza para revertir la situación?
R. Los países con prima de riesgo baja tienen unas finanzas públicas en equilibrio, un sistema bancario estable y mercados de trabajo y de productos relativamente flexibles. Esto no tiene nada que ver con el BCE. Es responsabilidad de los Gobiernos. El BCE ha de aplicar una política monetaria para toda la zona del euro, no trajes a medida para algunos países. Debe proporcionar liquidez y financiación a bancos solventes, no intervenir cuando la prima se dispara.
P. España ha hecho todo lo que se pedía, pero los mercados le castigan cada vez más.
R. La situación crítica de España no ha nacido de un día para otro, y por lo tanto el mercado tampoco va a cambiar su posición de un día para otro. Son procesos lentos, que comprendo que pueden ser desesperantes. Hay que ser extremadamente diligente en la aplicación de estas medidas para recuperar la credibilidad.
P. Hace tres meses usted decía que la inyección de liquidez a la banca restauró la calma. ¿Convendría repetirla?
R. Una misma medida no tiene por qué servir en distintas situaciones. Las operaciones a tres años trataban de impedir el desplome del crédito. Los bancos ahora tienen garantizada su financiación hasta 2013. Entramos en otra fase del juego. Las tensiones actuales se deben a la inestabilidad política en Grecia y a los riesgos a la baja para el crecimiento.
P. Cada vez parece más cercana la posibilidad de que España acuda al fondo de rescate para recapitalizar su banca. ¿Está el BCE preparado por si ocurre? ¿Temen una fuga de depósitos?
R. Todo sigue bajo control de las autoridades españolas. No tengo constancia de que haya habido fugas de depósitos. El Gobierno español, con acierto, decidió complementar las valoraciones públicas de los activos del sistema bancario con otras externas. Hasta que no las conozcamos no se sabrá si hay más necesidades de capital ni de dónde saldrán. El debate sobre rescates o fugas de depósitos son ruidos que se escuchan en otras plazas financieras, pero me sorprende oírlo en España.
P. ¿Por qué el BCE ha decidido valorar las carteras de los bancos españoles? ¿No supone un riesgo?
R. No es la primera vez que el BCE asesora a Gobiernos en la valoración de activos. Ya lo hizo con la EBA en los stress tests. El Gobierno español ha invitado al eurosistema a contribuir; y en esta casa existen las cualificaciones necesarias para ello.
P. ¿Se parecen las medidas de estímulo que reclama Hollande a las peticiones de Draghi?
R. El pacto por el crecimiento no se puede limitar al gasto público. Cuando se identifica crecimiento con menos ajuste fiscal o más gasto se yerra el tiro.
P. Hollande y Merkel chocan por los eurobonos. ¿Qué opina?
R. No puede haber bonos federales cuando no hay una federación. Solo después de establecer las instituciones para federalizar las finanzas públicas y el sistema bancario tendrá sentido hablar de eurobonos. Hacerlo al revés sería poner antes el carro que los bueyes. A título personal, estoy convencido de que veré los eurobonos, pero también que no será mañana.
P. ¿No existe el riesgo de que sea demasiado tarde?
R. No lo creo. Si Europa hace lo que ha decidido con sentido de urgencia.
P. Grecia puede salir del euro tras las próximas elecciones. El gobernador del Banco de Bélgica y miembro del BCE, Luc Coene, mencionó la posibilidad de un “divorcio amistoso”. ¿No es peligroso que desde el BCE salgan estos mensajes?
R. El BCE ha hablado con una sola voz. Y esa voz ha dicho en nombre del Consejo de Gobierno que tenemos una preferencia absoluta porque Grecia se mantenga como miembro del euro.
P. ¿No hay planes preparados por si ocurre lo contrario?
R. Estamos trabajando en el escenario único que entendemos. No está prevista la salida. Es lo que conviene a todos, y además es lo que quiere la mayoría de los griegos.
P. Los sondeos dan vencedor a un partido que defiende seguir en el euro modificando sustancialmente las condiciones del rescate.
R. Hay un conjunto de reformas que el Gobierno griego asumió, al menos en dos ocasiones. Y para ejecutar esa reforma recibió la ayuda financiera muy sustancial de la UE y el FMI. Darse cuenta de esto dará lugar al mejor escenario posible.
P. El ministro alemán de Finanzas, Wolfang Schäuble, dijo que estaría cómodo con una inflación del 3%. ¿Hace falta revisar los estatutos del BCE, centrados en el control de la inflación?
R. El BCE tiene el mejor de los estatutos posibles y por tanto “si no está roto, no lo arregles”. Si se pasara de un objetivo del 2% al 3%, perderíamos de un plumazo los beneficios de tener ancladas las expectativas, lo que no ayudaría a la estabilidad.
P. Su nombre ha sonado como futuro gobernador del Banco de España.
R. No me corresponde comentar rumores. Siempre he sido un profesional independiente y es el camino que seguiré transitando.
P. ¿Qué le parecen las críticas al Banco de España del propio Gobierno? ¿No son piedras contra nuestro tejado?
R. El Banco de España siempre ha sido una institución con el mayor respeto internacional. Nada ha cambiado en este sentido. Que esté en la lucha política solo puede tener consecuencias negativas, no para el país en abstracto, sino para todos los ciudadanos y el sistema bancario.
P. ¿Considera entonces injustas estas críticas?
R. Le transmito lo que vemos desde Fráncfort: que el Banco de España ha sido y es una de las instituciones con mayor competencia técnica y profesional del sistema europeo de bancos centrales.
P. El próximo 31 de mayo concluye su mandato de ocho años. ¿Qué lecciones saca el BCE de estos cinco años de crisis?
R. La crisis ha demostrado que tenemos una institución capaz de reaccionar rápidamente en momentos muy difíciles; y con unos estatutos adecuados. También que cuando el sistema financiero está en dificultades extremas, es necesario poner en marcha medidas no convencionales, que se deben desmantelar cuando las condiciones se normalizan. Y como observadores, hemos aprendido que las instituciones europeas eran débiles. La gobernanza se edificó sobre un pacto de crecimiento con muy poca capacidad de cambiar el comportamiento de los países. Hoy asistimos a un proceso acelerado de reconstrucción de la gobernanza del euro.
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