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Los mercados anticipan la petición española del rescate
El diferencial entre la deuda española y la alemana acaba la sesión sin cambios en 450 puntos
La Bolsa española cae con fuerza y se deja un 1,7% antes de las pruebas a la banca
Los mercados cerraron este viernes una jornada de inquietud, en medio
de la creciente expectativa de que el Gobierno español cada vez está
más cerca de solicitar ayuda a los fondos europeos de rescate. Los
inversores también esperaban que se anunciara el resultado de los exámenes a las principales entidades bancarias españolas
para determinar sus necesidades de recursos propios, un estudio que ha
sido coordinado por la consultora Oliver Wyman y que se dio a conocer
con el mercado cerrado (las entidades españolas tienen un defecto de
capital de 53.745 millones de euros).
La Bolsa, que se mantuvo en números rojos durante una parte de la mañana, perdió fuelle a partir del mediodía y emprendió un descenso que llevó al Ibex a caer más de un 2%, aunque al final de la sesión logró contener el descenso en el 1,71% y se colocó al cierre en 7.708,5 puntos. Sacyrs Vallehermoso (-4,08%), Acciona (-3,5%) y Repsol (-3,42%) fueron los valores con mayores retrocesos en la jornada de ayer, mientras Bankinter (+4,65%), DIA (+2,26%) y Grifols (+1,24%) encabezaron las ganancias. En la semana, el principal indicador de la Bolsa española se anotó una caída del 6,34%.
Las plazas europeas se contagiaron del nerviosismo por la situación española y terminaron el día con pérdidas. Londres cedió un 0,65%, París un 2,46%, Fráncfort un 1,01% y Milán un 2,29%.
Los mercados también reaccionaron a las grandes cifras del anteproyecto de Presupuestos Generales para 2013 que el Gobierno español hizo públicas el pasado jueves, tras el cierre del mercado. Los nuevos recortes de gasto —a pesar del servicio de la deuda duplicará el año que viene el ahorro que se impondrá a los ministerios— fueron acogidos con cierta neutralidad por los inversores, más atentos a la posibilidad de que el Gobierno español se decida a solicitar un programa de ayuda del Fondo Europeo de Estabilidad Financiera (FEEF), condición que exige el Banco Central Europeo (BCE) para, a su vez, activar el nuevo mecanismo de compra de deuda en el mercado secundario creado para aliviar el coste de la financiación de Estados soberanos en apuros, como España e Italia.
Algunos operadores apostaban incluso por la posibilidad de que la solicitud se presentara tan pronto como este fin de semana. Esa especulación explica la relajación que experimentó por la tarde la prima de riesgo, exceso de rentabilidad que los inversores exigen a los títulos de deuda pública española a 10 años, y que mide la confianza que tienen en la solvencia de ese país. Este diferencial, que el jueves cerró la sesión en 448 puntos básicos, llegó a subir hasta 463 (4,63 puntos porcentuales), pero emprendió un descenso hasta 449 al final del día. El tipo de los bonos a 10 años llegó al 6,063%, aunque al cierre cedió hasta el 5,938%. La prima italiana tocó 376 puntos, pero acabó en 364.
Este viernes también pesó en el ánimo de los inversores el temor a que la agencia de calificación crediticia Moody’s anunciara una nueva degradación de la deuda soberana española desde su actual Baa3 hasta territorio de bono basura, es decir, una inversión solo apta para quienes quieran asumir un alto riesgo de insolvencia. El pasado agosto, Moody’s indicó que mantendría a España bajo vigilancia hasta finales de septiembre, a la espera de conocer el resultado de las pruebas de resistencia de los bancos españoles. Otros analistas creen que no habrá cambios en la calificación hasta que no se pida efectivamente el rescate.
La Bolsa, que se mantuvo en números rojos durante una parte de la mañana, perdió fuelle a partir del mediodía y emprendió un descenso que llevó al Ibex a caer más de un 2%, aunque al final de la sesión logró contener el descenso en el 1,71% y se colocó al cierre en 7.708,5 puntos. Sacyrs Vallehermoso (-4,08%), Acciona (-3,5%) y Repsol (-3,42%) fueron los valores con mayores retrocesos en la jornada de ayer, mientras Bankinter (+4,65%), DIA (+2,26%) y Grifols (+1,24%) encabezaron las ganancias. En la semana, el principal indicador de la Bolsa española se anotó una caída del 6,34%.
Las plazas europeas se contagiaron del nerviosismo por la situación española y terminaron el día con pérdidas. Londres cedió un 0,65%, París un 2,46%, Fráncfort un 1,01% y Milán un 2,29%.
Los mercados también reaccionaron a las grandes cifras del anteproyecto de Presupuestos Generales para 2013 que el Gobierno español hizo públicas el pasado jueves, tras el cierre del mercado. Los nuevos recortes de gasto —a pesar del servicio de la deuda duplicará el año que viene el ahorro que se impondrá a los ministerios— fueron acogidos con cierta neutralidad por los inversores, más atentos a la posibilidad de que el Gobierno español se decida a solicitar un programa de ayuda del Fondo Europeo de Estabilidad Financiera (FEEF), condición que exige el Banco Central Europeo (BCE) para, a su vez, activar el nuevo mecanismo de compra de deuda en el mercado secundario creado para aliviar el coste de la financiación de Estados soberanos en apuros, como España e Italia.
Algunos operadores apostaban incluso por la posibilidad de que la solicitud se presentara tan pronto como este fin de semana. Esa especulación explica la relajación que experimentó por la tarde la prima de riesgo, exceso de rentabilidad que los inversores exigen a los títulos de deuda pública española a 10 años, y que mide la confianza que tienen en la solvencia de ese país. Este diferencial, que el jueves cerró la sesión en 448 puntos básicos, llegó a subir hasta 463 (4,63 puntos porcentuales), pero emprendió un descenso hasta 449 al final del día. El tipo de los bonos a 10 años llegó al 6,063%, aunque al cierre cedió hasta el 5,938%. La prima italiana tocó 376 puntos, pero acabó en 364.
Este viernes también pesó en el ánimo de los inversores el temor a que la agencia de calificación crediticia Moody’s anunciara una nueva degradación de la deuda soberana española desde su actual Baa3 hasta territorio de bono basura, es decir, una inversión solo apta para quienes quieran asumir un alto riesgo de insolvencia. El pasado agosto, Moody’s indicó que mantendría a España bajo vigilancia hasta finales de septiembre, a la espera de conocer el resultado de las pruebas de resistencia de los bancos españoles. Otros analistas creen que no habrá cambios en la calificación hasta que no se pida efectivamente el rescate.
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